jueves, 14 de marzo de 2013

Chávez hereda a Maduro una economía en crisis

La maltrecha economía venezolana que queda tras la muerte del presidente Hugo Chávez constituye el mayor desafío para su sucesor, Nicolás Maduro, para quien resultará imposible mantener el enorme gasto público que le permitió al fallecido gobernante consolidar su proyecto político. http://bit.ly/XamydM

   
 
Por: Emiliano Corona
Especial para Legiscomex.com
Caracas 
La economista y doctora en Estudios del Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Sary Levy-Carciente, está convencida de que el oficialismo venezolano es el primer interesado en que los comicios para elegir al sucesor del presidente Hugo Chávez, quien murió el pasado 5 de marzo, sean “lo más pronto posible porque la situación económica del país es crítica”.

“Hay una inflación muy alta, escasez de productos básicos, baja disponibilidad de divisas y un clima de incertidumbre generalizado que obliga al gobierno a aprovechar la solidaridad popular que suscita la muerte del presidente, porque esta se puede diluir pronto. La situación económica tiende a eclipsarla, y esto puede reducir el respaldo a Nicolás Maduro (presidente encargado luego de la muerte de Chávez y candidato presidencial del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, el PSUV)”, dijo a Legiscomex.com Levy-Carciente.

Para el politólogo y abogado de la Universidad Bolivariana de Venezuela, 
Miguel Antonio Márquez, la convocatoria para realizar comicios presidenciales el próximo 14 de abril “es muy conveniente para el oficialismo porque le permite aprovechar el momento de duelo nacional que, por el momento, dejó en segundo plano la crisis económica y el golpe a los bolsillos de los venezolanos que significó la devaluación del bolívar” del pasado 8 de febrero, que fue del 46,52%.

Los comicios presidenciales, que en forma oficial solo contarán con 10 días de campañas proselitistas, serán disputados por Maduro, designado por Chávez como su sucesor, y el candidato de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Henrique Capriles. 

“Maduro encarna la leyenda de Chávez y arranca como el candidato a vencer, pero la economía juega en su contra”, dijo Márquez.

Venezuela vive una inflación galopante, que sumó el 10,7% en los últimos cuatro meses; el índice de escasez de productos básicos llegó al 20,4% en enero y al 19,7% en febrero del presente año, porcentajes que no se registrabas desde el 2008, y las empresas tienen serios problemas para encontrar divisas en el mercado oficial, lo que les impide importar en un país cuya producción no satisface la demanda interna.
El sueño del caudillo
El jueves 29 de noviembre de 2007, en la Avenida Bolívar de Caracas, el entonces presidente Hugo Chávez lo dijo con todas sus letras durante el cierre de campaña del referendo por una reforma constitucional: “Si Dios me da vida y salud, gobernaré Venezuela hasta el 2050”, es decir hasta que tuviera 96 años de edad.

Aunque tres días después fue derrotada en las urnas la propuesta de reforma constitucional, encaminada a implantar el socialismo en Venezuelay a permitir la reelección indefinida del presidente, Chávez logró su propósito a través de leyes, decretos y un nuevo plebiscito que logró aprobar en los años siguientes y que lo llevaron a cumplir el sueño ser presidente vitalicio de Venezuela y de transformar las estructuras económicas y políticas de su país.

“Si algo pudo transformar Chávez, fue el modelo económico y las estructuras del Estado, lo que lo llevó a tener un control casi absoluto sobre la economía y las instituciones políticas”, dijo Levy-Carciente, profesora de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV.

Chávez ocupó durante 14 años la Presidencia de Venezuela y logró construir un régimen caudillista que utilizó la enorme riqueza petrolera nacional en función de un proyecto político al cual denominó Socialismo del Siglo XXI y que para varios expertos era una amalgama ideológica que giró en torno a un capitalismo de Estado sustentado en la renta petrolera.

Cuando juramentó por primera vez como presidente, el 2 de febrero de 1999, el precio del barril del petróleo estaba a USD15,24 y este año promedia USD104,31, casi siete veces más. Durante su gestión, por las manos del poderoso caudillo pasaron USD691.000 millones, que según la oposición política y el consenso de los economistas privados, es una enorme cantidad de dinero para un país de 29,6 millones de habitantes.
Consumo improductivo
De acuerdo con el economista y profesor del Centro de Finanzas del Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA), Miguel Angel Santos, “si en estos años las exportaciones petroleras se hubieran repartido equitativamente entre la población, a cada venezolano le hubieran correspondido 23.340 dólares, un suma gigantesca en cualquier país, pero en Venezuela el Gobierno se embarcó con estos recursos en un aumento fenomenal del gasto, hizo de PDVSA (la estatal petrolera) su tesorería, y orientó el gasto a financiar programas sociales improductivos, de subsidio a la pobreza, no de transformación, y en importaciones que crearon un ‘boom’ del consumo que hoy resulta insostenible”.

Santos sostuvo que durante el gobierno de Chávez (1999-2013) “no hubo inversión; el país tiene exactamente la misma estructura que tenía en 1998, antes de la llegada del presidente, pero depreciada, por supuesto. Aquí no hay ninguna obra de infraestructura nueva, no hay ningún colegio nuevo, no hay un hospital nuevo, el Gobierno a lo que se ha dedicado es a armar pequeñas misiones sociales”.

La pobreza, que en 1999 afectaba al 43,8% de los venezolanos, logró reducirse hasta el 29,5% en el 2011, y la indigencia pasó del 18,5% al 11,7% en ese lapso, lo que de acuerdo con Santos se logró con una “política de subsidios que perpetúa la pobreza porque esa variable social pasa a depender de los ciclos económicos, no del desarrollo del capital humano, a través de la educación y la salud. La pobreza se combatió con consumo, no con inversión social productiva, y cuando se caiga el precio del petróleo volverán los mismos niveles”.

Para el economista, un maestro en Finanzas Internacionales por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, el modelo económico que aplicó Chávez a lo largo de su gobierno generó un modesto crecimiento, del 2,9% anual promedio, pese a que las exportaciones petroleras aumentaron un 459% en el periodo 1999-2012, mientras que el ingreso per cápita avanzó apenas un 0,9% anual, el más bajo porcentaje de Latinoamérica en ese lapso, casi tres veces menor al de Colombia y nueve veces por abajo de Perú.
Ajustes
Algunas de las medidas económicas más emblemáticas durante el gobierno de Chávez fueron la transformación de PDVSA en una empresa sometida a las necesidades de financiamiento del aparato público y del proyecto político interno y externo del presidente; el control de cambios que rige desde el 2003; las expropiaciones de empresas, que abarcaron a 1.168 compañías privadas nacionales y extranjeras; la pérdida de autonomía del Banco Central de Venezuela (BCV) y los controles de precios de productos básicos, en vigor desde hace 10 años.

De acuerdo con el economista de la UCV, Manuel Oliveros, todas estas decisiones condujeron a fortalecer el papel del Estado como distribuidor de la renta petrolera mediante programas sociales asistencialistas y a un régimen en el cual la propiedad estatal tienen un rol hegemónico.

En el plano externo, el gobierno de Chávez renunció a la Comunidad Andina de Naciones (CAN), al Grupo de los Tres –que integraba su país junto con Colombia y México-, y en cambio impulsó la creación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y Petrocaribe, mecanismos de integración a través de los cuales Venezuela transfirió cientos de millones de dólares en ayudas a países como Cuba, Bolivia, Nicaragua y pequeños estados del Caribe.

“Hoy tenemos un país vulnerable por su acentuada dependencia del petróleo y con una economía seriamente comprometida por la acumulación de desequilibrios, como un insostenible déficit fiscal (que llegó a entre el 15% y en 20% del Producto Interno Bruto (PIB) el año anterior), disminución de las reservas internacionales, fuerte inflación, dependencia de las importaciones, baja inversión e incapacidad para generar empleos productivos”, señaló Oliveros, quien destacó “la obsesión” de Chávez por construir el socialismo a un alto costo para el país.
Deterioro
Un estudio de la consultora Ecoanalítica estimó que en el 2006, el Estado venezolano generaba entre el 30% y el 35% del PIB, mientras que en el 2012 ese porcentaje subió a entre el 40% y el 50%, mientras que a lo largo del gobierno de Chávez el gasto público casi se quintuplicó al pasar de USD22.396 en 1999 a USD100.000 millones el año anterior.

La deuda externa, por su parte, pasó de USD53.757 millones, en el 2008, a USD101.007 millones, en EL 2012, lo que significó un crecimiento del 87,8%, mientras que las reservas internacionales cayeron en el mismo periodo de USD43.127 millones a USD25.864 millones, un desplome del 40%, lo que revela los graves problemas de financiamiento que tiene el gobierno.

Levy-Carciente estimó que si a la deuda externa del gobierno central se le suman las deudas de PDVSA, de las otras empresas públicas, el débito interno y los adeudos a las empresas confiscadas por el gobierno, el monto asciende a unos USD200.000 millones, monto equivalente al 112% del PIB resultante tras la devaluación del bolívar del mes pasado.

“Y todo esto nos está pasando en pleno ‘boom’ petrolero, cuando el país está recibiendo más recursos que nunca por sus exportaciones”, señaló la ex decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV.

De acuerdo con la economista venezolana, “el país tiene una situación sumamente difícil, con un aparato productivo desmantelado y un panorama social complejo en el que 1,5 millones de venezolanos han debido emigrar en estos 14 años por motivos económicos y políticos y otros 150.000 han muerto producto de la violencia urbana, que está desatada”.

Para Levy-Carciente, tras la muerte de Chávez “se impone una reconstrucción y un rescate del país mediante la búsqueda de acuerdos entre aquellos que adhieren al modelo del (fallecido) presidente y el resto del país que considera que ese modelo no es el apropiado”.

Consideró que Maduro, el heredero de Chávez, acumuló durante sus casi siete años como canciller de Venezuela una experiencia diplomática basada en el diálogo y la cooperación con otros países: Espero que pueda aplicar esto a nivel nacional. No ha sido esa la tónica de sus primeros discursos como presidente encargado, pero puede ser que, si llega a la Presidencia (en los comicios del mes próximo), opte por buscar acuerdos para enfrentar la difícil situación del país. Ese debería ser su objetivo primario”, afirmó.

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