jueves, 25 de abril de 2013

En Venezuela es visto con cautela el acuerdo comercial con Colombia

El sector privado y analistas venezolanos observan con mesura y desconfianza el Acuerdo de Alcance Parcial (AAP) con Colombia que entró en vigor en octubre pasado y que intenta normar el comercio bilateral luego de que el gobierno de Hugo Chávez renunciara hace siete años a la Comunidad Andina. http://bit.ly/ZKuN4r
   

Por: Emiliano Corona
Especial para Legiscomex.com
Caracas 
 
A seis meses de su puesta en marcha, el AAP sobre comercio entre Colombia y Venezuela ha sufrido dos golpes que impiden su total implementación: la muerte del presidente Hugo Chávez, el pasado 5 de marzo, y la devaluación del bolívar, que alcanzó cerca del 200% en el mercado formal de divisas durante la última semana de marzo anterior.

“Esto ha causado una distorsión en el comercio binacional y tenemos que esperar a que se estabilice la situación para hacer una evaluación objetiva, pero hasta ahora no observamos ningún efecto significativo en el comercio entre los dos países y en cambio nos preocupa la cada vez menor participación del sector productivo nacional en estos intercambios”, dijo a Legiscomex.com el especialista en relaciones internacionales y comercio exterior de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Félix Arellano Porras.

La primera reunión del Consejo de Administración del AAP estaba prevista para el pasado 6 de marzo en Caracas, pero debió suspenderse por la muerte del presidente Chávez.

Arellano Porras afirmó que el AAP es observado “con mucha cautela y desconfianza” por el sector privado venezolano.

“Este es un acuerdo que no beneficia al sector productivo nacional. Colombia tiene un equipo negociador muy hábil y profesional y logró un acuerdo muy positivo para Colombia, pero muy negativo para Venezuela porque el Gobierno negoció sin tomar en cuenta al sector productivo”, dijo el académico de la UCV y ex representante de Venezuela ante la Comunidad Andina (CAN).
Excluidos
La presidenta de la Asociación Venezolana de Exportadores (Avex), Alba Guevara, lamentó que el AAP –en vigencia desde octubre pasado— haya sido negociado por el Gobierno con su contraparte colombiana “sin consultar al sector productivo, al sector exportador, lo que es muy mal comienzo”.

Señaló que a eso se debe añadir el deterioro de la infraestructura productiva nacional tras años de políticas económicas estatistas. "Si no tenemos capacidad para cubrir la demanda interna será muy difícil exportar y sacar provecho del acuerdo con Colombia; el Gobierno está aislado del sector exportador”, afirmó.

La presidenta de la Avex consideró que el interés oficial venezolano en dar celeridad al AAP con Colombia, que se negoció en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), “fue por la urgencia del Gobierno de cubrir en el menor tiempo posible las necesidad de productos importados para abastecer a la población porque, en este país, el Gobierno se ha convertido en el gran importador y en el abastecedor del mercado, y la escasez de productos es crítica”.

“No veo (en el AAP) un incentivo para el sector privado, para el sector exportador. Creo que todo estará igual que antes para el aparato productivo nacional, que ha sido relegado de este acuerdo”, aseveró la dirigente gremial.

De acuerdo con cifras preliminares venezolanas, durante el primer trimestre de este año el intercambio entre Colombia y Venezuela ascendió a USD626,8 millones, cifra menor en un 1,3% a la registrada en el mismo periodo del 2012, lo cual puede atribuirse a la devaluación del bolívar, cuyo tipo de cambio está sometido a control oficial.

El pasado 8 de febrero, el Gobierno devaluó la moneda local en un 46,52% al pasar de BsF4,30 a BsF6,30 por dólar, mientras que durante la última semana de marzo anterior un nuevo sistema oficial de subastas de divisas llevó la cotización hasta 12,50 unidades por dólar. Esto significa, en la práctica, una devaluación del 190,6% en los últimos 60 días.

La situación cambiaria “distorsiona las cifras de comercio exterior de Venezuela, en particular con Colombia, por la compleja situación fronteriza y el intenso flujo de productos entre los dos países, y porque el sector privado cada día tiene un menor peso en el comercio, que está prácticamente sujeto a las necesidades de abastecimiento del Gobierno, que hizo con Colombia un acuerdo a su medida”, aseguró el doctor en Ciencia Política por la UCV y especialista en transacciones económicas internacionales por la Universidad George Mason de EE UU.
El peso del Estado
A diferencia de otros países con economías abiertas, Venezuela no acostumbra consultar con los exportadores y sectores productivos del país sobre los acuerdos comerciales que negocia con el exterior o sobre los tratados a los cuales renuncia, como fue el caso de la CAN y el del Grupo de los Tres (Colombia, México y Venezuela), ambos en el 2006.

“Con una economía centralizada y socialista, según la define el Gobierno, el Estado venezolano ha incrementado de manera radical su peso en el comercio exterior”, dijo Arellano Porras.

Estadísticas del Banco Central de Venezuela (BCV) indicaron que en 1999, primer año de gobierno de Chávez, el sector público realizaba el 83,5% de las exportaciones y el privado, el 16,5%, mientras que en el 2012 esos porcentajes llegaron a 98,4% y 1,6%, en forma respectiva.

En el rubro de compras al exterior el panorama también ha sufrido una notable variación: en 1999, el sector privado fue el responsable del 85,6% de las importaciones de bienes y servicios, mientras que en 2012, las cifra cayó a 56,0%, lo que significa que durante la administración de Chávez los particulares perdieron casi 30 puntos porcentuales de participación en las importaciones.

El Estado, en cambio, fue en el 2012 el importador del 43,1% de los bienes y servicios que consumió el país, mientras que en 1999 su participación era del 14,4%, lo que significa que en ese lapso más que triplicó su peso en ese rubro.

“Las políticas de expropiaciones, invasiones de tierras, control de precios y control de cambios han asfixiado al sector productivo, por eso su participación en el comercio exterior y en la economía general es cada día menor”, aseguró Arellano Porras. 

Sostuvo que, por ello, el AAP entre los dos países “podría funcionar muy bien para los exportadores colombianos si están dispuestos a darle productos al Gobierno venezolano para que este los empaquete en envases con lemas revolucionarios y los ponga en el mercado. Así, habrá mucho negocio, pero hasta los colombianos saben que el Gobierno venezolano no es confiable, que es autoritario, centralizado y muy mal pagador; paga cuando le da la gana y todavía se vienen arrastrando problemas de deudas (con exportadores colombianos”.
Marco normativo
El presidente ejecutivo de la Cámara de Integración Económica Venezolano Colombiana (Cavecol), Luis Alberto Russián, consideró “positivo” que exista un nuevo marco normativo para el comercio binacional luego de que en el 2006 el Gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez decidiera retirar a su país de la CAN, en forma unilateral, así como renunciar al Acuerdo de Cartagena que dio origen a ese grupo subregional y que estableció las reglas del comercio preferencial entre los países miembros (Bolivia, Colombia, Ecuador y, hasta el 2006, Venezuela). 

"Era necesaria una nueva normatividad que definiera las reglas del comercio entre Venezuela y Colombia y este Acuerdo de Alcance Parcial tiene ese objetivo, por lo que creemos que cumplirá esa función”, aseguró Russián.

Con la salida de Venezuela de la CAN, para ambos países era necesario dar un marco legal que regulara la relación comercial, sobre todo al vencerse en el 2011 el plazo de cinco años que cobijó a las preferencias arancelarias definidas bajo el esquema del grupo andino de países.

Los flujos de comercio se mantuvieron después del 2011 en un esquema de concesiones unilaterales por parte de Venezuela, mientras que Colombia mantuvo para el vecino país las preferencias comerciales de la CAN, pero ambos gobierno decidieron en noviembre de ese año dar un nuevo marco a su relación comercial y los presidentes Hugo Chávez y Juan Manuel Santos suscribieron ese mes el AAP, que con sus anexos, ratificaciones legislativas y publicación por parte de la Aladi entró en vigencia hace seis meses.

Ambos países estipularon en el AAP dar un tratamiento preferencial a su intercambio, con base en el comercio histórico que realizaron entre el 2006 y el 2010. El 91% de las subpartidas de ese comercio –unos 4.930 productos de Colombia y 4.700 de Venezuela-se mantiene con arancel cero.

Entre los sectores industriales colombianos que pueden exportar sin arancel a Venezuela figura el de confecciones y textiles, que representa el 16% de las exportaciones; el automotor (15%); papel y editorial (4%); electrodomésticos (3%), y cuero y sus manufacturas (3%).

El AAP establece también las normas que se aplicarán al comercio bilateral en reglas de origen, marco técnico, medidas fitosanitarias y zoosanitarias, reglas de defensa comercial y un mecanismo de solución de controversias.

Para Arellano Porras, fue un error del Gobierno venezolano basar el acuerdo en las corrientes históricas de comercio de los últimos años por eso, obviamente, perjudica a los sectores productivos venezolanos que en estos años han visto cómo se destruye su capacidad exportadora con las políticas estatistas del régimen.

“No creo, francamente, que Venezuela pueda aprovechar este o cualquier otro acuerdo debido a la política de desindustrialización que promueve este Gobierno. Además no hay que olvidar que a este acuerdo llegamos por una nefasta decisión, que fue el irracional retiro de la CAN, en cuyo marco se manejaban de manera muy acertada las relaciones comerciales con los países andinos y en particular con Colombia”, aseveró el académico y especialista en esquemas regionales de integración.

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