miércoles, 27 de febrero de 2013

Devaluación del bolívar, un alivio temporal para una economía enferma

La devaluación del bolívar aligera la presión sobre las finanzas públicas de Venezuela y reduce la escasez de productos básicos, pero mantiene inalterables los problemas económicos estructurales y abre un nuevo esquema cambiario en el que las empresas tendrán más dificultades para acceder a divisas. http://bit.ly/Y2OZfE


Por: Emiliano Corona
Especial para Legiscomex.com
Caracas 
La principal preocupación del vicepresidente venezolano Nicolás Maduro al oficializaren un Consejo de Ministros la devaluación del bolívar, el pasado viernes 8 de febrero, en vísperas de carnaval, era convencer al país de que la decisión había sido tomada por el “comandante presidente” Hugo Chávez, para lo cual exhibió un documento con la firma en tinta roja del convaleciente mandatario aprobando esa medida.

“Aquí estamos nosotros corrigiendo severas perturbaciones que estaban afectando varios indicadores fundamentales de la economía”, dijo Maduro tras mostrar en forma repetida a las cámaras el documento con una rúbrica de Chávez cuya autenticidad fue cuestionada por la oposición incluso después de que el gobernante apareciera, por primera vez desde su viaje a La Habana en diciembre pasado, en varias fotos con sus hijas, y de su regreso a Venezuela el pasado lunes 18 de febrero para continuar en su país su recuperación de un cáncer de pronóstico incierto.

La devaluación del bolívar (BsF), cuyo tipo de cambio oficial y controlado pasó de BsF4,30 a BsF6,30 unidades por dólar (USD) –para una depreciación del 46,52%-, fue una decisión política sobre una variable económica (el régimen cambiario) que presionaba cada día más las finanzas estatales y que explica en buena parte el déficit fiscal del sector público, que cerró el 2012 en un rango de entre el 15% y el 20% del Producto Interno Bruto (PIB), según diferentes estimaciones de economistas independientes y la banca de inversión.

La decisión de devaluar fue tomada por el Gobierno luego de que en las últimas semanas al desajuste en las cuentas nacionales se agregó una creciente escasez de productos básicos debido a la falta de divisas para suimportación, lo que constituía un alto riesgo político para un régimen que enfrenta la ausencia de Chávez y que es percibido por los ciudadanos como el garante del abastecimiento.

El indicador de escasez del Banco Central de Venezuela (BCV) cerró en enero pasado en el 20,4%, lo que significa que los venezolanos no encontraban en el mercado uno de cada cinco productos que buscaban, el más alto índice desde enero del 2008.

“Cuando hay escasez no hay nada que hacer y fue lo que obligó finalmente al gobierno a tomar la decisión de devaluar. El desabasto le puede cobrar al chavismo una factura muy alta, en especial cuando vienen las elecciones municipales (el 14 de julio próximo) y, más importante, cuando pueden venir elecciones presidenciales si se produce una incapacidad permanente de presidente Chávez o su eventual deceso”, dijo a Legiscomex.com el economista Ángel García Banchs.
Insuficiente
Para García Banchs, director de la consultoría Econométrica, la devaluación del bolívar “de ninguna manera es suficiente, pero sí producirá un alivio momentáneo a las finanzas públicas”.

Las exportaciones petroleras de Venezuela, que el año anterior ascendieron a
USD92.233 millones y representaron el 95% del total, rendirán en el mercado interno casi un 50% más al traducirlas a bolívares a la nueva tasa de BsF6,30 por dólar, mientras que las importaciones, al encarecerse, tenderán a disminuir luego de que en el 2012 llegaron a un monto record de USD54.300millones.

“Habrá más bolívares por dólar para PDVSA (la estatal Petróleos de Venezuela, considerada la tesorería de la nación) y para el fisco, y esto va a contribuir de manera muy importante a cerrar la brecha fiscal”, sostuvo García Banchs, maestro y doctor en Economía Política por la Universidad de Siena, Italia, y maestro en Economía y Finanzas por la Universidad de Warwick, Inglaterra.

Según estimaciones de Econométrica, el déficit fiscal de Venezuela en el 2012 fue equivalente al 15% del PIB (un cálculo conservador frente al de otras consultorías que lo estiman en el 20%), pero con la devaluación y la mayor derrama de bolívares por las exportaciones petroleras, el Gobierno recibirá en el 2013 unos USD28.500 millones adiciones, lo que le permitirá reducir el déficit fiscal al 9% del PIB.

“Esto es una brecha fiscal altísima todavía, mayor a la de Grecia, Portugal, España, Irlanda y todos los países europeos que tienen este problema, pero será menor a la que se presentó en el 2012, y de esta manera el Gobierno también podrá hacer frente a las importaciones de productos básicos. Al encarecerse el dólar, la demanda disminuirá y habrá divisas para destinar a la compra de bienes de consumo en el exterior y el Gobierno podrá bajar el desabasto, lo que es un asunto central ante la situación política (la ausencia de Chávez y las elecciones de este año)”, explicó el director de Econométrica y profesor de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

El experto sostuvo que la devaluación que hubiera cerrado en forma plena la brecha fiscal tendría que haber llevado el bolívar a entre 9,50 y 10,00 unidades por dólar, en vez de 6,30. “Con esta paridad, el tipo de cambio sigue estando sobrevaluado y eso provoca la permanencia de un mercado paralelo donde la cotización es mucho más alta (alrededor de 15,00 unidades por dólar con los cambistas informales del aeropuerto de Maiquetía)”, indicó.
Inflación y deuda
Luego de que en el 2012 la inflación en Venezuela se ubicó en el 20,1%, la más baja desde el 2006, pero una de las más altas del mundo, en diciembre y enero pasados ese indicador acumuló un alza de 6,8 puntos porcentuales y los analistas esperan un incremento mayor tras el ajuste cambiario decretado por el Gobierno.

El economista de la Universidad Católica Andrés Bello, Fernando Rivera Mans, estimó que en el 2013 el índice inflacionario superará el 30%, tal como ocurrió en el 2002 y en el 2008, debido al impacto directo de la devaluación y al alza que se espera en los precios controlados de productos básicos y en los salarios mínimos, que podrían subir entre el 20% y el 25%.

“La inflación se va a disparar y esto va ser un golpe directo al bolsillo de los venezolanos, en particular al de los más pobres, que son los que más pierden en cada incremento de los precios”, añadió el especialista.

Dijo que otro impacto de la depreciación del bolívar es que la deuda externa del sector público –el Gobierno central, PDVSA, las empresas mixtas y las obligaciones pendientes con las compañías privadas confiscadas por el Estado— llega a unos USD150.000 millones que antes de la devaluación equivalían al 45% del PIB.

“Ahora, con el PIB ajustado a la nueva paridad cambiaria la deuda externa equivale a más del 80% del PIB y ese ya es un porcentaje muy alto, preocupante, de los más altos en la región”, señaló Rivera Mans.

Sostuvo que este nivel de endeudamiento, que se originó por el excesivo gasto público del Gobierno acompañado de una política económica que desalienta la producción y la inversión productiva, ocurre en un país que desde 1999, cuando llegó Chávez al poder, ha recibido unos USD700.000 por exportaciones petroleras, una cifra que duplica a la de los catorce años anteriores, pero la cual se esfumó en dos terceras partes vía importaciones.

El economista señaló que mientras el bolívar perdió poder adquisitivo en Venezuela, mantuvo un poder de compra ficticio en el exterior, gracias a los petrodólares, lo que provocó que las importaciones crecieran un 274% entre 1999 y el año anterior, mientras que el consumo se incrementó en un 53%, durante ese periodo.
Adiós al Sitme
El anuncio de la devaluación del bolívar fue acompañado de una decisión controversial que golpea de manera particular a las Pequeñas y Medianas Empresas (Pyme): la desaparición del Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme), un mecanismo a través del cual el sector privado tenía acceso a divisas que adquiría mediante la compra de bonos de deuda pública en dólares.

El presidente del organismo cúpula empresarial Fedecámaras, Jorge Botti, consideró que la desaparición del Sitme deja sin opciones a un gran número de empresas que requieren de divisas para sus operaciones y que a través de ese sistema tenían acceso a unos USD40 millones diarios en promedio.

El Gobierno señaló que respetará las solicitudes de divisas que formularon las empresas al Sitme antes de la devaluación, el pasado 8 de febrero, y que las liquidará al anterior tipo de cambio de BsF4,30 bolívares por dólar, en vez de los BsF6,30 actuales. Según Fedecámaras, esas peticiones ascienden a unos USD8.800 millones.

Botti preguntó si hay suficientes divisas para liquidar a las empresas cantidads a la antigua paridad y si, al mismo tiempo, el Gobierno tendrá suficiente liquidez de divisas al nuevo tipo de cambio para satisfacer las necesidades de la economía.“Nos parece que la respuesta es negativa", señaló el dirigente empresarial.

El Gobierno venezolano dispone de otro sistema para abastecer de dólares a las empresas y a los particulares denominado Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) pero, según Botti, los trámites ante esa institución son muy complejos y la mayoría de Pyme no tienen personal suficiente ni capacitado para acceder a ese mecanismo.

El economista García Banchs sostuvo que “fue un error del Gobierno haber creado el Sitme (en el 2010, como parte de las políticas de control de cambios) pero peor error fue haberlo eliminado sin haber creado un sustituto”.

“Hay muchas empresas que no pasan por Cadivi y estas empresas, en la práctica, están siendo obligadas a acudir al mercado negro de divisas, con el impacto en términos de inflación que eso tiene, y de escasez, porque conseguir las divisas en el mercado negro no es tan fácil como la gente cree, es un mercado muy pequeño, muy ilíquido, con poco nivel de transacción. Por lo mismo, la desaparición del Sitme va a significar un aumento de la escasez, lo contrario a lo que pretende evitar el Gobierno”, consideró el director de Econométrica.

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