jueves, 17 de enero de 2013

Sin Chávez y sin decisiones, la economía venezolana tiene plazo fatal

En medio de la incertidumbre en Venezuela por la ausencia del presidente Hugo Chávez y la resistencia de sus aliados para convocar a nuevas elecciones, los desequilibrios económicos del país se acentúan sin que nadie se atreva a tomar las decisiones pendientes y ese escenario tiene un plazo fatal. http://bit.ly/VqmNms
   
 
El Gobierno venezolano tiene la imperiosa necesidad de devaluar el bolívar, recortar el gasto público o aplicar una combinación de esas dos medidas. De otra manera, el déficit fiscal del sector público –que al cierre del 2012 llegó a entre el 15% y 20%, según diferentes estimaciones— será imposible de financiar y se convertirá en un problema inmanejable, como ocurrió en Grecia.

“Estas decisiones son urgentes pero es muy improbable que se adopten en las condiciones políticas actuales. La consecuencia lógica de lo que vive el país (la ausencia indefinida del presidente Hugo Chávez y un gobierno a cargo del vicepresidente Nicolás Maduro) es una paralización de decisiones económicas fundamentales”, dijo a ‹b›Legiscomex.com‹/b› el economista Maxim Ross.

Para el presidente de la consultora económica que lleva su nombre, el Gobierno aún tiene un margen de maniobra de alrededor de seis meses, pues podría echar mano de los activos externos del sector público para financiar el déficit fiscal sin reducir el gasto, “pero esto no puede prolongarse más allá del segundo semestre del año; ahí habrá que hacer ajustes”.

Ross indicó que desde hace varios meses los mercados esperaban que las decisiones pendientes en materia económica se tomaran a principios del 2013, luego de la juramentación del presidente Hugo Chávez para cumplir un nuevo periodo de Gobierno tras lograr su segunda reelección el pasado 7 de octubre.

El problema es que el plazo para que Chávez juramentará para un tercer mandato constitucional de seis años se cumplió el pasado 10 de enero sin que ese requisito legal se cumpliera y el país quedó sumido en una inquietante incertidumbre en la cual la única certeza es que el presidente sigue grave en La Habana y que el poder en Venezuela lo ejerce el vicepresidente Nicolás Maduro, designado por el mandatario como su sucesor.
El vacío
El economista y politólogo de la Universidad Simón Bolívar, Juan Vicente Gómez Urbina, consideró que Maduro “no tiene todo el control de los hilos del poder. Vamos, no es único que manda en ausencia de Chávez, y no está en condiciones de tomar las decisiones económicas urgentes que necesita el país. Esto crea un clima muy perverso para la actividad económica y la situación, que ya es compleja, puede desatar una crisis económica y social muy severa”.

Venezuela vive una suerte de interinato cuestionado por la oposición y abogados constitucionalistas, quienes ponen en duda la legalidad del cuadro institucional que prevalece en el país luego de que el Tribunal Supremo de Justicia y la Asamblea Nacional -que preside el poderoso ex militar, Diosdado Cabello— avalaran la continuidad del gobierno sin que Chávez haya tomado posesión para el periodo presidencial 2013-2019. 

Para Gómez Urbina, “es impostergable que se haga algo para evitar un desastre fiscal, y el primer paso en la devaluación del bolívar”, que mantiene una paridad controlada de BsF4,30 unidades por dólar desde hace dos años pero que en el mercado negro se llega a cotizar hasta cinco veces más ese valor. 

“Si no hay devaluación, el déficit fiscal se saldrá de control; llegará un momento en que resultará imposible financiarlo. La emisión de circulante tiene un límite, al igual que el endeudamiento, y nadie anticipa un aumento en los precios del petróleo. Ya es muy evidente que hay escases de divisas y que el Gobierno tiene problemas para importar alimentos y productos básicos. En los mercados hay desabasto de arroz, de aceite, de azúcar, de café, de harina. Sin devaluación, esta situación empeorará cada día más”, aseguró el maestro en Políticas Públicas por la Universidad de Barcelona. 

De acuerdo con Gómez Urbina, mientras el bolívar se mantenga “tan sobrevaluado, lo único que ocurre es que nuestras exportaciones petroleras (que el año pasado llegaron a una cifra récord de USD90.000 millones, según cifras preliminares) pierden valor real y su impacto en la economía se diluye”.

Una devaluación revitalizaría la capacidad financiera del Gobierno, pues multiplicaría los ingresos petroleros al convertirlos en bolívares, pero una medida de ese tipo es impopular pues también encarece las importaciones, sobre todo en un país en la que la enorme mayoría de productos y bienes de consumo provienen del exterior.

Un indicador de la escasa disponibilidad de divisas es la caída en las reservas internacionales, que tan solo en los primeros 10 días de enero bajaron en USD1.764 millones al pasar de USD29.886 millones a USD28.122 millones, mientras que las reservas líquidas son tan escasas que apenas alcanzarían para un mes de importaciones.

“Este Gobierno, con Chávez o sin Chávez, tiene que hacer un ajuste económico, aunque sea impopular por el efecto social que tendrá, pero no hay otra salida. Entre más lo postergue, tendrá que ser más profundo. Si se empeña en mantener la situación tal como está y en seguir imprimiendo dinero, se va a disparar la inflación”, aseguró Gómez Urbina.
Margen
   
 
Para Maxim Ross, un maestro en Economía por la London School of Economics, en un escenario político como el que vive Venezuela es improbable que Maduro se atreva a aplicar un ajuste económico encaminado a reducir el déficit fiscal pues todas las medidas que conducen a ese objetivo son impopulares: la devaluación del bolívar, la reducción del gasto público, el freno a la emisión de circulante.

“Queda el camino de la deuda, pero esta aparente ilegalidad institucional que tenemos en el país hace muy difícil que el encargado de la Presidencia (Maduro) pueda solicitar empréstitos, particularmente internacionales, y la consecuencia de ello es que el Gobierno no podrá habilitar una fórmula rápida para flexibilizar la situación cambiaria, que es sumamente delicada. Y se pueden emitir papeles en dólares, pero difícilmente los mercados internacionales van a aceptar papeles emitidos por Venezuela con las dudas legales que se han presentado hasta el momento”, señaló.

Al mismo tiempo el elevado endeudamiento externo e interno del sector púbico –que llegó a unos USD204.700 millones al cierre del 2013, según economistas privados- puede terminar por afectar la solvencia de este país a pesar de su riqueza y de sus reservas petroleras, son las más altas del mundo con 296.500 millones de barriles, según un reporte de British Petroleum.

“Acudir a los mercados de crédito no es una opción en estos momentos”, dijo Ross, ex director del Instituto de Comercio Exterior. 

De acuerdo con el especialista, “la acumulación de desbalances afecta muchas variables, como la inflación (que acumuló un alza de alrededor de 5,0% en los dos últimos meses), mientras que en materia cambiaria está la posibilidad de que en el mercado paralelo siga aumentando el valor del dólar y, por tanto, los precio de los productos básicos, que se importan. Por ejemplo, entre diciembre y enero los precios de artefactos eléctricos y automóviles han aumentado entre 20% y 30%”.

En medio de ese panorama económico tan comprometedor, y de las incógnitas políticas que plantean la ausencia de Chávez y la cuestionada continuidad del Gobierno sin que el presidente haya juramentado, Ross consideró que el régimen chavista encabezado por Maduro “aún tiene capacidad de maniobra para posponer decisiones durante los primeros seis meses del año y probablemente hasta mitad del próximo semestre”. 

“Lo que tenemos duda es que eso se pueda mantener hacia el futuro. A corto plazo, pueden existir algunos mecanismos que podrían solventar la situación, como el precio del crudo, que todavía está en buen nivel (arriba de USD100 el barril), y el sector público tiene activos externos que puede utilizar para prorrogar y posponer las decisiones, pero no más allá del segundo semestre del año”, aseveró el presidente de la consultoría Maxim Ross y Asociados.
Talón de Aquiles
Los activos externos del sector público venezolano ascienden a unos USD75.000 millones expresados en inversiones en cartera, créditos comerciales y depósitos bancarios que el Gobierno puede utilizar en forma casi inmediata, lo cual le otorga un “colchón”para enfrentar en forma temporal los desequilibrios sin tener que aplicar un ajuste. 

“Esos activos serían la principal fuente de capacidad de maniobra que el Gobierno puede tener para prorrogar la situación actual hasta mediados de año o la primera parte del segundo semestre”, señaló Ross, quien advirtió que a pesar de ello “la economía es el principal flanco de debilidad para el chavismo en estos momentos”.

De acuerdo con el consultor, el Gobierno tiene el control político por su dominio de la Asamblea Nacional (congreso unicameral), el Tribunal Supremo de Justicia y el Consejo Nacional Electoral, con lo cual dispone de una gran holgura institucional, “pero su talón de Aquiles es el área económica, y lo es porque las políticas económicas han sido desastrosas, como el control cambiario, el endeudamiento indiscriminado y el gasto público excesivo que nos ha llevado a un déficit fiscal de entre el 15% y el 20%, algo que no tiene antecedente en nuestra historia”.

“Otro flanco que está abierto es el del servicio de la deuda pública. El Gobierno va a tener que pagar intereses y amortizaciones de deuda del orden de USD30.000 millones entre este año y el próximo. Es decir, hay un margen de maniobra pero con un panorama económico muy comprometido que puede tener un gran impacto social vía inflación, vía recesión y a través de un menor ingreso de las personas, en particular de los más pobres”, añadió el economista venezolano. 

Ross dijo que frente a la delicada situación política y económica, “tampoco creo que el Gobierno insista en ese plan que reactivaron después de las elecciones presidenciales (del 7 de octubre pasado) de que iban a radicalizar la revolución con más expropiaciones de empresas y con lo que ellos llaman el poder comunal”.

Tras los comicios presidenciales, el Gobierno impulso un "proceso constituyente" cuyo objetivo era recoger propuestas para el plan del gobierno que instrumentaría Chávez en el periodo 2013-2019 y que debía llevar al país a una “economía comunal" centralizada y socialista. 

“No creo que por ahora, sin la presencia deChávez, insistan en eso. Más bien deben ocuparse de no caer en una crisis económica que ponga en riesgo su proyecto político”, dijo Ross.

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