En medio del clima de confrontación y de las masivas protestas sociales en Venezuela, la crisis económica que afecta al país amenaza con intensificar sus efectos sobre la población mientras el Gobierno insiste culpar de todos los males a laguerra del imperialismo. http://goo.gl/XbvDO3
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La crisis política y social que vive Venezuela desde el pasado 12 de febrero ha agudizado la incertidumbre económica que prevalece en el país y mantiene en suspenso la entrada en vigencia del llamado Sicad II, un mecanismo considerado crucial para aliviar la escasez de divisas que mantiene en una situación crítica a la planta productiva nacional por falta de insumos de importación.
El desabasto de productos básicos, que había alcanzado en enero pasado un nivel sin precedentes –el consumidor no encontraba uno de cada tres bienes que buscaba en el mercado, según la estimación oficial— se acentuó por el cierre de vías en varias regiones, en especial en el occidente, y la inflación, que llegó a 56,2% en el 2013, mantiene una tendencia al alza por el diferencial entre oferta y demanda de alimentos de primera necesidad y por la emisión de circulante por parte del Gobierno. En enero aumentó en 4,1% la liquidez monetaria con respecto a diciembre y a mediados de febrero la cantidad de dinero en circulación era 75% mayor que la registrada en el mismo mes del 2013, lo que abona en forma directa al desbordamiento del índice inflacionario. El economista de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Ronald Balza, dijo a Legiscomex.com que la ola de protestas que remece al país se produce en el contexto de una situación económica que “ya era muy compleja, con desabasto, escasez de divisas e inflación, pero no creo que este escenario se vaya a complicar sustancialmente a causa de las movilizaciones” . El maestro en Teoría Económica por la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) consideró que “ya la situación estaba lo suficientemente mal como para que las protestas la agraven significativamente, pero sí tienen un doble efecto: el primero es que se ha visto comprometido el abasto a algunas zonas del país donde el problema de escasez ya era muy fuerte”. La región donde se ha sentido con mayor fuerza el desabastecimiento ha sido el estado Táchira, fronterizo con Colombia, y el foco de protesta más activo del país, junto con Caracas. Ante las masivas movilizaciones, el Gobierno optó por militarizar la zona, lo que junto con los cierres de vías se tradujo en la intensificación de la escasez de productos de primera necesidad y artículos de cuidado personal. De acuerdo con Balza, el segundo efecto de las protestas en la economía “es que la imagen de crisis que proyecta Venezuela al exterior hace que todos aquellos agentes del mercado que tenía dudas sobre las capacidades de pago de los sectores público y privado las aumenten, que eso eleve el riesgo-país y dificulte las posibilidades de financiamiento” Venezuela tiene ya el riesgo-país más elevado del mundo, lo cual se traduce en que los bonos de deuda que emite deben pagar una tasa de interés de 14,4 puntos porcentuales por arriba de la que pagan los bonos del Tesoro de EE UU. Esto es casi cuatro veces más de lo que liquidan a sus acreedores las economías latinoamericanas más estables, como Chile, México, Brasil, Colombia y Perú. Para un país cuyas exportaciones petroleras las dedica en forma mayoritaria a financiar el gasto público y el déficit del sector público consolidado, que en el 2013 llegó al 15,4% del Producto Interno Bruto (PIB), pagar un servicio de deuda en porcentajes superiores al 15% --como es el caso de Venezuela hoy en día— se convierte en una carga muy onerosa para las finanzas nacionales. “El problema –señaló Balza— es que la deuda externa es uno de los escasos mecanismos que tiene en estos momentos el Gobierno para captar las divisas necesarias para las importaciones porque las reservas internacionales están muy atadas a los requerimientos del Fondo para el Desarrollo Nacional (Fonden), el principal instrumento oficial para ejecutar gasto público.” De acuerdo con cifras del Banco Central, la deuda externa consolidada del sector público de Venezuela llegó en septiembre del 2013 a USD104.200 millones, cifra superior en 293% a la registrada siete años antes. En el 2006, cada venezolano debía al mundo USD984, mientras que en el 2013 el monto subió a USD3.458.
Economía y protestas
El gobierno del presidente Nicolás Maduro enfrenta una serie de movilizaciones estudiantiles y ciudadanas que se tornaron críticas en pasado 12 de febrero, cuando grupos armados conocidos como “colectivos” dispararon a los manifestantes y mataron a tres personas. El mandatario denunció la existencia de un “plan fascista” para derrocarlo mientras que la oposición responsabiliza al régimen de una represión que ha dejado más de 15 muertos, 261 heridos y decenas de detenidos, entre ellos el dirigente opositor Leopoldo López.
Las principales demandas en medio de las protestas han sido las relacionadas con la crisis económica, como poner fin al desabasto y solucionar la carestía, aunque el Gobierno insiste en que la situación obedece a la “guerra económica del imperialismo yanqui y sus socios oligarcas venezolanos”. Luego de dos semanas de creciente tensión, Maduro bajo el tono durante la última semana de febrero y convocó a todos los sectores del país a una "Conferencia Nacional por la Paz" que se realizó en el presidencial Palacio de Miraflores el miércoles 26 y cuya principal característica fue la ausencia de los líderes de la oposición política y la notable presencia de los principales dirigentes empresariales. El presidente del organismo cúpula empresarial Fedecámaras, Jorge Roig, hizo uso de la palabra durante el encuentro y si bien celebró la convocatoria de Maduro también dijo al gobernante: "Usted tiene que escuchar otras voces diferentes a las que lo acompañan, Venezuela es un país que tiene unas legítimas protestas. Esto no justifica la violencia, la violencia la rechazamos, venga de donde venga". "Venezuela tiene indicadores económicos con una inflación que están entre más altas del planeta, tasas de desabastecimiento enorme, no se consiguen los productos de primera necesidad y conseguir trabajo es casi imposible. Nuestro país no está bien, nos estamos matando entre venezolanos. Usted tiene una responsabilidad, como jefe de Estado, como el primer responsable de calmar los ánimos del país”,aseveró. El presidente del emporio privado Empresas Polar, Lorenzo Mendoza Giménez, propuso a Maduro una agenda de 12 puntos para buscar soluciones a los problemas económicos. La iniciativa contempla incrementar la producción nacional para combatir la escasez, dotar al sector privado de divisas suficientes para importar insumos y materias primas, revisar la marcha de las empresas estatales y sus niveles de producción, combatir la inflación y el desabasto con medidas realistas y no por decreto y garantizar el derecho a la propiedad. Maduro se mostró muy receptivo ante las propuestas y ordenó al vicepresidente Jorge Arreaza, yerno del fallecido mandatario Hugo Chávez, darles seguimiento a través de mesas de trabajo Gobierno-empresarios que comenzarán a sesionar en estos días. Para el analista político y ex diplomático Milos Alcalay, lo que busca Maduro con este tipo de acercamientos no es un diálogo sincero sino “ganar tiempo y desactivar las protestas”. “En esta crisis, el Gobierno ha mostrado no solo incapacidad de solucionar los problemas económicos del país sino incapacidad de conducir un diálogo político. Maduro no es Chávez y eso se comienza a notar de manera muy importante”, añadió el abogado y ex embajador de Venezuela ante Naciones Unidas. De acuerdo con Alcalay, el Gobierno ha intentado por todos los medios aprovechar las protestas como un distractor de la crisis económica y buscará atribuir los eventuales efectos que estas tengan en la economía a la oposición política. A pesar de las movilizaciones, que han ocupado la atención del país, el ánimo de los venezolanos está más relacionado con la situación económica que con el ambiente de crispación social. Una encuesta de Croes, Gutiérrez & Asociados divulgada el viernes pasado indicó que el 72,9% de los entrevistados considera que el país vive una crisis económica y ocho de cada diez señalaron que les afecta.
Sicad II
En medio de la crisis, el Gobierno prepara un nuevo Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), que se conoce como el Sicad II, y el cual tendrá como objetivo la liberalización parcial del mercado cambiario como una forma de aliviar la escasez de dólares que golpea a la economía venezolana.
Mediante ese mecanismo, los particulares podrán comprar, a través de un operador bancario, bonos de deuda venezolana en el exterior. El Gobierno espera que con el Sicad II fluyan los dólares al sector productivo, cuyos inventarios de insumos y materias primas están agotados por falta de divisas para reponerlos. La expectativa del mercado es que el Gobierno libere el tipo de cambio, que en la actualidad presenta diferenciales importantes entre el oficial –de 6,30 y 11,30 bolívares por dólar, y el del mercado paralelo, que rebasa los 60 bolívares. Aunque faltan por precisar varios detalles por parte del Gobierno, el economista Miguel Angel Santos sostuvo que “no hay reservas internacionales como para amortiguar la demanda de divisas, porque en términos líquidos el Banco Central apenas cuenta con poco más de USD2.000 millones. Lo demás es oro y derechos especiales de giro en organismos multilaterales. Con esos antecedentes, el Sicad II e inclusive el III o el IV, si se quiere, no podrá ser 100% abierto. El reglamento vendrá envenenado con toda suerte de restricciones, sectores, montos, y la asignación no será libre. Para empezar, el Gobierno no se ve dispuesto a aceptar públicamente una maxidevaluación como la que resultaría del libre juego de oferta y demanda” . De acuerdo con estimaciones de economistas independientes, una liberación total del mercado de divisas llevaría el precio del dólar a entre 50 y 60 bolívares por unidad, lo que sería tanto como formalizar el mercado paralelo. |
jueves, 6 de marzo de 2014
Protestas agudizan crisis económica Venezolana
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