En los últimos tres años, el país centroamericano ha registrado cifras bajas de Inversión Extranjera Directa (IED). El escaso crecimiento económico y la situación de violencia son solo algunos de los factores que han hecho de El Salvador un destino poco atractivo. http://bit.ly/1543C6m
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El último en la lista de inversiones en la región es el puesto que nadie desea. El Salvador, sin embargo, lo ha ganado por tercer año consecutivo según lo reflejan las últimas cifras publicadas por la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
Centroamérica recibió un total de USD8.876 millones de IED en el 2012. Pero de acuerdo a la Comisión Económica para América Latina (Cepal), de ese monto, únicamente USD516 millones fueron invertidos en El Salvador. Pese a ser la cifra más baja en la región, se debe reconocer que hubo un leve aumento en relación al 2010 y el 2011, cuando El Salvador recibió únicamente USD117 millones y USD385 millones de IED, respectivamente.
“Los datos de los años más recientes solamente están confirmando que el país está perdiendo la atracción de mayores flujos de inversión y dichos flujos son importantes porque son la principal fuente para generar empleos y superar los niveles de pobreza que tenemos”, afirmó a Legiscomex.com Waldo Jiménez, director de Asuntos Económicos y Sociales de la Asociación Nacional de la Empresa Privada de El Salvador (ANEP).
Desde hace más de una década, en El Salvador gobernantes y economistas plantearon una serie de “herramientas” que pretendían mejorar el clima de negocios y las inversiones: la dolarización del país, los siete tratados de libre comercio que El Salvador mantiene vigentes, los otros ocho acuerdos que están en proceso, modificaciones a leyes entre ellas la de incentivos en las zonas francas, y muchas otras medidas. Los resultados, sin embargo, lejos de mejorar han ido en detrimento. “Históricamente, no hemos sido capaces de atraer enormes flujos de inversión, más bien los flujos han sido modestos y siempre la intención de parte del sector privado ha sido que estos sean mayores (…) todos los indicadores económicos se han deteriorado de manera consistente hasta la fecha”, reconoció Jiménez.
Factores determinantes
Para el representante de la ANEP, armar el rompecabezas que permita ver un mejor panorama de inversiones no es sencillo. Jiménez reconoce que son muchos los elementos que influyen en la situación actual del país, entre ellos el bajo crecimiento anual, la violencia y la debilidad institucional que El Salvador ha mostrado desde el año pasado.
Las tasas de crecimiento anual de El Salvador en los últimos tres años no han superado el 1,5%. En enero pasado, el economista y entonces presidente del Banco Central de Reserva, Carlos Acevedo, afirmó a Legiscomex.com: “Hemos heredado un modelo económico que ha fracasado en varios aspectos a lo largo de los años. Nunca hemos tenido tasas de crecimiento altas, pero llevamos ya una década con un crecimiento anual promedio del 2%. Mientras no haya cambios en el modelo es difícil esperar mejores resultados.” Jiménez de alguna manera comparte esta visión. Al ser cuestionado sobre posibles soluciones destaca que las “herramientas” no funcionan si la base de todo está fallando, por lo que apunta a trabajar por mejorar la educación, la infraestructura y la institucionalidad del país. De hecho, este último factor ha sido el tema de muchos comunicados emitidos por la ANEP en el último año. La elección de magistrados de la Corte Suprema y Corte de Cuentas ha generado polémica en el último año. Situación que, a juicio de Jiménez, podría ahuyentar a posibles inversionistas dado que refleja inestabilidad en el sistema jurídico y “posibles cambios en las reglas del juego” sin previo aviso.
La violencia como repelente de inversiones
El Salvador es el segundo país más violento en Centroamérica, solo Honduras lo supera, según el Institute for Economics and Peace (IEP). Entre el 2005 y el 2011, había mantenido un promedio de 13 homicidios diarios. En el 2012, sin embargo, la estadística se redujo a 6 homicidios por día tras una supuesta negociación entre el Gobierno y las pandillas.
La medida fue criticada por diversos grupos –entre ellos el sector de empresarios– aludiendo poca transparencia en el proceso que las autoridades desarrollaban con los líderes de las maras. Los homicidios, sin embargo, se mantuvieron en un promedio bajo el año pasado, las extorsiones no mostraron un cambio tan drástico. En mayo de este año, la ANEP publicó una encuesta realizada con los participantes en el Encuentro Nacional de la Empresa Privada del 2013. En ella, el 71,6% de los empresarios manifestó que el nivel de seguridad física y ciudadana es nada o poco segura. El 55% de los participantes, que su empresa fue víctima de delitos (robo, secuestro o asesinato) durante el 2012 y el 51% dijo gastar más de USD5.000 al mes en medidas de seguridad. “(La violencia) es uno de los factores que tienen en cuenta los inversionistas y nosotros lo que creemos es que el tema de los indicadores de seguridad más que afectar a los extranjeros, afecta sobre todo a los pequeños y medianos inversionistas locales porque ellos son los que día a día viven el tema de las extorsiones y el robo de mercadería”, manifestó Jiménez. Lo cierto es que ya sean empresas locales o internacionales, grandes o pequeñas, todas tienen que incluir en su presupuesto un buen paquete de medidas de seguridad.
El Camino por recorrer
El Salvador vive un clima gris en cuanto a negocios se refiere. Lo reflejan las cifras de crecimiento económico, de inversión y de generación de empleo. Pero los empresarios intentan cumplir el dicho que reza “al mal tiempo, buena cara”.
La ANEP asegura tener una propuesta de generación de crecimiento basada en tres actividades económicas: El turismo; la logística y servicios internacionales, y el incremento de la producción para exportaciones. Jiménez aseguró que para impulsar dichas actividades, los empresarios han presentado al Gobierno una serie de iniciativas para, entre otras cosas, mejorar “indirectamente” los indicadores de educación y salud, además de solicitar ciertas modificaciones de leyes. “El crecimiento y la generación de riqueza no se da por decreto. Pero el marco legal ayuda al clima de negocios”, aseguró. El reto es lograr ciertos objetivos con el gobierno actual que terminará su turno en junio del próximo año. La ANEP también espera plantear sus propuestas a los candidatos a la presidencia, entre ellos Antonio Saca, ex presidente de la República, que busca una reelección, y ex presidente de la ANEP. “Desde hace varios años, ANEP tiene una agenda que tiene como visión ser un país de alto desarrollo humano”, afirmó Jiménez. Al ser cuestionado sobre por qué Saca -ex presidente de la Asociación- no atendió dicha agenda en su mandato, Jiménez prefirió no evaluar o ahondar en el tema. “Las cámaras socias de ANEP quieren seguir invirtiendo, ser parte de El Salvador y generar empleos...Para lograrlo, hay que mejorar en muchos aspectos y no nos vamos a cansar de hacer propuestas”, dijo. El panorama para el 2013 garantiza cifras de crecimiento económico similares a las del 2012. El optimismo de los empresarios proyecta mejoras a mediano plazo. Sin embargo, la situación de violencia y el entorno político tendrán impacto en lo que pueda pasar en los próximos años. |
viernes, 19 de julio de 2013
El Salvador lucha por atraer inversionistas
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