Más de la quinta parte de los jóvenes chilenos ni estudia ni trabaja, lo que significa la consolidación de una tendencia que ha crecido con los años y que según los estudiosos del fenómeno revela que ese segmento poblacional está dominado por la apatía y es víctima de la exclusión. http://bit.ly/11uEftI
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En el informe 2013 sobre educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) divulgado hace unos días, Chile aparece entre los países con mayor porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Según los datos de ese foro que congrega a las economías más desarrolladas del mundo, el 23,7% de los chilenos entre 15 y 29 años pertenecen a la generación “ni-ni”, que es como denomina la sociología al segmento poblacional de jóvenes que están por fuera del sistema educativo y del mercado laboral. Esto quiere decir que más de la quinta de jóvenes chilenos es “ni-ni” y depende en términos económicos de sus padres o de su pareja.
Lo más preocupante es que el porcentaje de jóvenes en esa situación aumentó en 6,6 puntos desde el 2008, cuando la cifra llegó a 17,1%. Chile, desde entonces, es el país latinoamericano que más “ni-nis” tiene en relación con su población, junto con México, y en el cual ese fenómeno ha crecido con mayor velocidad. El sociólogo de la Universidad de Chile, Patricio Vial, dijo a Legiscomex.com que la generación “ni-ni” prolifera en forma principal en los estratos medio y medio emergente, que es donde las expectativas de ascenso social de los jóvenes se frustran con mayor facilidad. “Hay grandes masas de jóvenes a los que se les prometió que una mejor educación les daría un mejor empleo que a sus padres y la realidad no necesariamente es así, lo que frustra sus expectativas y hace que muchos de ellos opten por permanecer en la casa familiar, sin trabajar y sin estudiar, en espera de mejores tiempos”, añadió Vial. Señaló que en Chile la tasa de desempleo de los jóvenes con grado escolar de licenciatura es del 5,4%, mayor en medio punto porcentual que la de aquellos con educación media y más alta en un punto que la de quienes no iniciaron la enseñanza secundaria. “Esto nos está indicando que los jóvenes con mayor nivel académico están más expuestos al desempleo. Es algo muy frustrante para una generación a la que se le prometió que la educación era una herramienta de progreso económico y social”, sostuvo el sociólogo.
Incidencia
Según el reporte de la OCDE, los países de esa organización con mayor porcentaje de “ni-nis” son Turquía, donde el 34,6% de la población entre 15 y 29 años ni estudia ni trabaja; Israel (27,6%), México (24,7%), España (24,4%) y Chile (23,7%).
El informe de la OCDE indicó que la crisis económica en Europa ha incrementado el número de “ni-nis” en esa región del mundo, pero en Chile el aumento se atribuye al alto número de mujeres que abandona sus carreras académicas para dedicarse a las labores del hogar. "Las personas que no estudian ni trabajan tienen menos posibilidades de reintegrarse en el mercado laboral y es más probable que experimenten desempleo de larga duración, una circunstancia que afectará a sus perspectivas laborales y económicas", indicó la OCDE. En Chile, un trabajador con un título universitario gana hasta un 160% más de lo que obtiene otro sin licenciatura. “También tenemos muchos jóvenes descontentos porque no obtienen trabajos acordes a los esfuerzos académicos y económicos que han realizado para prepararse. Algunos están sobrecalificados y se sienten vulnerados en sus derechos. Entonces optan por no seguir estudiando y por no trabajar al ver que el mercado no valorar su sacrificio y los recibe con salarios muy bajos. Ellos, desde luego, tienen asegurada una manutención familiar y un techo donde vivir. Este es un fenómeno en ascenso”, señaló el sociólogo y ex director del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) de Chile, Juan Eduardo Faúndez. Entre 1996 y el 2006, el 30% de los “ni-nis” en Chile se ubicaron en el estrato más vulnerable de la población, mientras que en la actualidad ese segmento se concentra en los estratos medios y medio emergente, en los cuales, según Faúndez, “las sobrexpectativas de ascenso social son más fuertes”. “Tiene que ver con la decisión de una clase que ve que endeudarse no ha tenido una relación directa en términos de beneficios. Eso implica darle tres vueltas al hecho de trabajar o bien esperar a que las condiciones mejoren. En época de contracción económica y, teniendo asegurado un techo, algunos deciden esperar”, aseguró el sociólogo. Según datos de la encuesta de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en el 2009 un 17,1% de la población jovende Chile era “ni-ni”, el mayor porcentaje de la región junto con México. En otros países, los porcentajes eran menores: en Brasil del 12,7%; en Argentina del 14,4%; en Colombia del 15,4%; en Perú del 16,3% y en Uruguay del 11,7%.
Mercado laboral
En los últimos tres años, Chile ha mostrado un importante dinamismo en el mercado laboral. La tasa de desempleo pasó de 9,1% en enero del 2010 a 6,4% en mayo pasado, a pesar de lo cual los “ni-nis” siguieron en aumento.
Para el Gobierno chileno, se trata de un problema que el país debe atender con políticas públicas que fomenten la incorporación de los jóvenes al mercado laboral. En el 2012, la participación de los jóvenes entre 20 y 24 años en el empleo se ubicó en el 55,1%, cifra inferior en 2,1 puntos a las del año anterior. El ministro chileno de Desarrollo Social, Bruno Baranda, dijo que con relación a los “ni-nis” el Gobierno del presidente Sebastián Piñera, a quien le quedan ocho meses de mandato, tiene aún “mucho por hacer”. “Tenemos conciencia de esto porque tenemos en torno a 700.000 jóvenes sin trabajar ni estudiar (el 8,6% de la población económicamente activa). Tenemos que aumentar la ocupación de los jóvenes y las mujeres porque el empleo es una gran oportunidad para resolver problemas estructurales de pobreza”, señaló. De acuerdo con el ministro, Chile tiene una muy baja participación y ocupación laboral en los sectores jóvenes, en especial entre los estratos más vulnerables, ya que uno de cada tres jóvenes pobres ni estudia ni trabaja por falta de oportunidades y ello reproduce la exclusión social. Baranda insistió en que dentro de este segmento, las mujeres llevan la peor parte. Según datos del Ministerio de Desarrollo Social de Chile, las mujeres de entre 18 y 29 años tienen mayor nivel de escolaridad que los hombres, con 12,7 y 12,4 años, de manera respectiva, pero mucho mayor grado de rotación en el sistema escolar por embarazo y maternidad, y su participación en el mercado laboral es bajo. En el 2012, las mujeres entre 15 y 19 años tuvieron una tasa de participación del 14,5% en la fuerza de trabajo. El porcentaje subió al 46,8% en mujeres de entre 20 y 24 años, pero aun es reducido y está muy por debajo de los estándares de la OCDE.
Políticas públicas
El Gobierno chileno busca disminuir la cantidad de “ni-nis” en el país mediante una serie de políticas públicas orientadas a la integración laboral y a la capacitación de jóvenes a fin de sintonizar la demanda y la oferta del mercado de trabajo.
“Muchos empleadores que están requiriendo mano de obra exigen práctica laboral y ahí es donde entra el Gobierno con capacitación”, dijo Baranda, quien antes de desempeñarse como ministro de Desarrollo Social fue viceministro del Trabajo. En Chile existen desde el año anterior los Organismos Técnicos de Capacitación (OTEC), instituciones privadas que son certificadas por el Gobierno y cuentan con financiamiento oficial a través de licitaciones que les permiten actualizar y mejorar su equipamiento para capacitar a jóvenes vulnerables. Este año existen 33.000 cupos para entrenamiento en labores metalmecánicas, mineras y operadores de maquinarias y equipos. Para el director de la división de desarrollo social de la Cepal, Martin Hopenhayn, este tipo de políticas son insuficientes y hay que reforzar medidas tendientes a incorporar al mercado de trabajo a las mujeres jóvenes que cuidan del hogar. Entre ellas, mencionó la necesidad de robustecer el sistema de jardines infantiles construido en los últimos gobiernos para que madres jóvenes puedan acceder a un empleo. Según el experto, el alto número de “ni-nis” afecta el desarrollo del país porque involucra a un segmento poblacional que no está incorporado al mercado laboral y su capacidad productiva se pierde, al igual que su potencial contribución a los sistemas fiscal y de seguridad social. Sostuvo que es importante que Chile realice un esfuerzo mayor para reducir el porcentaje de jóvenes que ni estudian ni trabajan. |
miércoles, 31 de julio de 2013
Crece en Chile la generación “ni-ni”
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