lunes, 7 de abril de 2014

Inicia Sicad II con tropiezos y devaluación superior a 300%

El nuevo mecanismo cambiario conocido como Sicad II, el cual permite la participación de privados en el mercado de divisas, fue lanzado por el gobierno como la solución a la grave escasez de dólares que enfrenta la economía pero en su arranque quedó muy lejos de cumplir las expectativas del mercado. http://goo.gl/hB3ZEb


  
Por: Emiliano Corona
Especial para Legiscomex.com
Caracas 
 
El presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Nelson Merentes, ha dedicado los últimos días a defender las bondades del Sistema Cambiario Alternativo de Divisas II, conocido como el Sicad II, y el positivo impacto que, de acuerdo con el funcionario, ha tenido en la economía venezolana.

“Los bonos (venezolanos) están al alza en casi seis puntos y el dólar paralelo bajó de 90 bolívares a 50 ó 60 bolívares por dólar”, aseguró Merentes, artífice del nuevo mecanismo cambiario que busca aliviar la escasez de dólares que enfrenta la economía venezolana y que le impide al aparato productivo abastecerse de insumos y materias primas para satisfacer la demanda interna.

El optimismo del presidente del BCV y exministro de Finanzas contrasta con economistas privados que han puesto el acento en las dudas y preocupaciones, más que en las certezas, que deja el nuevo mecanismo cambiario en sus primeros días de operación.

Desde su inicio, el pasado lunes 24 de marzo, el dólar que se transa en el Sicad II ha rondando los 51,60 bolívares por unidad, lo que en la práctica significa una devaluación del 351% con respecto a la tasa del Sicad I, que asciende a 11,60 bolívares por dólar, y del 721% en relación con la tasa de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), que es de 6,30.

“El Sicad II inició con muchos tropiezos. Lo primero que hay es una macrodevaluación y que ese factor tendrá un efecto inmediato en los precios, en la inflación. Lo segundo es que el mecanismo tiene una falta absoluta de transparencia. Nadie sabe los montos que se están negociando de dólares en ese mercado”, dijo a Legiscomex.com el economista de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Rubén González Acevedo.

De acuerdo con el maestro en Finanzas, “por lo que hemos visto hasta ahora este sistema de subastas de divisas no apunta a resolver un problema de fondo de la economía venezolana, que es resolver la escasez de dólares en el mercado y el impacto que esto causa en el aparato productivo y en el desabasto de productos básicos”.
Dos visiones
El Sicad II fue impulsado por Merentes y el presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), Rafael Ramírez, considerado el estratega económico del gobierno del presidente Nicolás Maduro y un funcionario mucho más pragmático que su contraparte, el ministro de Planificación, Jorge Giordani, cabeza del ala más ortodoxa del equipo chavista encargado del manejo de la economía. 

Giordani, un defensor a ultranza del sistema de control de cambios que impera en Venezuela desde el 2003, se oponía a la apertura del nuevo mercado cambiario surgido con el Sicad II pero al final se impusieron Ramírez y Merentes, quienes vieron en el mecanismo una necesidad obligada por dos circunstancias: la escasez de divisas y el alto valor que alcanzaba la divisa estadounidense en el mercado paralelo: hasta 90 bolívares por dólar, casi 15 veces más la cotización preferencial de la Cadivi (6,30 bolívares por dólar), lo que genera presiones inflacionarias.

De acuerdo con el economista José Guerra, un especialista en asuntos monetario, el Sicad II busca bajar o eliminar el tipo de cambio negro y disminuir la inflación ya que muchos precios de bienes se han fijado según la elevada cotización del mercado paralelo de divisas. La lógica del Gobierno es que en la medida en que los importadores no se vean obligados a recurrir a ese mercado los precios se estabilizarán.

“El gran error de esta tesis de Ramírez estriba en el hecho de que la fijación del precio de un bien importado no depende exclusivamente de cuánto cuesta hoy un dólar, sino más bien si la tasa de cambio es estable y predecible para el importador y ese es uno de los problemas que enfrentará el Sicad II, la posibilidad cierta de que el bolívar se deprecie sostenidamente o abruptamente”, explicó Guerra.

Sostuvo que un objetivo tácito del Sicad II es proporcionarle liquidez a PDVSA y otras empresas petroleras extranjeras que en la actualidad viven asfixiadas por un tipo de cambio oficial que hace inviable cualquier actividad económica en el país, incluyendo la petrolera. Se supone que con un tipo de cambio del Sicad II en torno a $ 50,00 bolívares por dólar PDVSA estará en mejores condiciones financieras y no tendría que recurrir al BCV para obtener fondos mediante impresión de dinero y así disminuir las presiones inflacionarias.

Diferentes consultoras prevén que este año la inflación en Venezuela será mayor que la del 2013, cuando rebasó el 56,2%. Durante enero y febrero pasados los precios han subido 5,7%. 

Para Guerra, la viabilidad del Sicad II dependerá de la oferta de dólares con la cual se alimente el sistema y de la evolución de la cantidad de bolívares en la economía ya que las reservas internacionales del BCV están en muy bajo nivel, apenas USD21.370 millones, un 21% menos que hace un año.
De acuerdo con el diseño del gobierno, el Sicad II es un sistema de subasta de divisas en el cual tanto operadores privados como el BCV pueden ofertar dólares a los diferentes agentes económicos. En el papel, constituye un esquema libre de cambio de divisas pero los economistas independientes dudan que así sea.

El economista Miguel Angel Santos afirma que “en el fondo, lo que nos tiene ahogados no es tanto una subasta o la escasa oferta de dólares o su precio, sino la falta de transparencia del Gobierno, el alto gasto público, la ausencia del derecho a la propiedad, las expropiaciones, la arbitrariedad. Lo que nos mantiene ahogados es el cerco al sector privado. Esto es lo que determina que cuando un venezolano tiene un bolívar en la mano, corre a comprar un dólar. El problema de fondo es cómo hacer para que el venezolano no quiera hacer esto”.

El Gobierno estima que el Sicad II aportará apenas el 8% de las divisas que requiere la economía, un dato con el cual ha intentado minimizar el efecto inflacionario que tendrá el nuevo mecanismo. Según Santos, aún es temprano para saber qué volumen del mercado de divisas concentrará este sistema.
Menos divisas
Un estudio de la consultora Ecoanalítica estimó que las asignaciones de divisas al sector privado bajarán este año un 22% con relación a la cifra del año pasado ya que durante los dos primeros meses del año la liquidación diaria de dólares por parte del Gobierno apenas promedió USD70 millones diarios, monto incluso menor que el del mismo periodo del 2009, un año de severa crisis económica en el que mermaron los ingresos petroleros y las liquidaciones de divisas oscilaron entre USD97 millones y USD120 millones diarios. 

El director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, proyectó que mediante el Cadivi, el Sicad I y el Sicad II el Gobierno asignará este año al sector privado unos USD24.600 millones, siete mil menos que los USD31.600 millones del 2013, lo que acentuará el desabasto. 

Ecoanalítica estimó en USD12.300 millones las compras del Gobierno al exterior durante 2014 y en USD9.800 millones las adquisiciones públicas por medio de fondos paralelos. 

"Venezuela se encuentra en la situación más crítica desde el paro petrolero de los años 2002 y 2003 (cuando la economía acumuló una caída del 16,7%). El primer trimestre (del 2014) ha sido muerto por la escasez y el bajo desempeño que tuvieron los sectores de la economía", indicó Oliveros.

El economista de Barclays Capital, Alejandro Grisanti, señaló que un efecto positivo del Sicad II es que el Gobierno captará más recursos al vender más caros los dólares que ingresan a PDVSA, lo que podría reducir el déficit fiscal del actual 16,2% del Producto Interno Bruto (PIB) al 7%.

El director de la consultora VenEconomía, Robert Bottome, consideró que en sus primeros días de funcionamiento el Sicad II se ha caracterizado por la falta de transparencia e información, lo cual debe ser corregido por el Gobierno si aspira a que el mecanismo cambiario introduzca confianza en el mercado.

De acuerdo con Bottome, el BCV debe informar sobre los volúmenes diarios de dólares que se transan en el sistema y detallar el procedimiento para determinar el precio de venta de la divisa. “Ni los participantes ni los observadores pueden ver las transacciones que se están registrando. El BCV solo se limita a decir el precio. No se hace mención de los máximos o mínimos del día, ni el número de operaciones ni a los volúmenes subastados. Esto debe ser corregido como condición inicial para que el mecanismo pueda funcionar de manera apropiada”, sostuvo.

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