Superado temporalmente el pánico por una moratoria de pagos de EE UU, Latinoamérica padece el doble efecto provocado por la desaceleración del crecimiento económico de China y el empeoramiento de las condiciones del crédito internacional, una situación que afectará especialmente a los exportadores de materias primas, por lo que debe haber un énfasis en el impulso a la demanda interna, según el FMI. http://bit.ly/1htlBJU
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En el marco de su Reunión de Otoño en Washington junto al Banco Mundial (BM) este mes, el organismo multilateral proyectó por ello que la región se expandirá a 2,7% en el 2013 y crecerá de manera modesta un 3,1% en el 2014 a medida que mejora gradualmente la demanda externa, pero ni en el mejor de los casos serán tasas de expansión económica similares a las de la década pasada.
“El principal reto para nuestros países en los próximos años será preservar la estabilidad macro económica y financiera en un ambiente menos favorable y construir cimientos fuertes de crecimiento sustentable, enfocándose en los detalles del proceso de crecimiento”, señaló el director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner. Los principales riesgos identificados en la regiones están relacionados con la desaceleración del crecimiento económico en China en niveles más profundos que las estimaciones originales, lo que podrían detonar una acelerada caída en el precio de las materias primas, y generar un impacto más significativo en los países exportadores de tales productos, especialmente en Sudamérica. En segundo plano se ubica la normalización de la política monetaria de EE UU –que ha estado inyectando recursos a razón de USD85.000 millones al mes–, pero ha enviado señales de una terminación inminente. En opinión de los organismos financieros internacionales, el cambio en la política de la Reserva Federal tiene el potencial de desencadenar episodios de volatilidad, así como presiones mayores sobre la salida de capitales en varias zonas del mundo, incluida Latinoamérica. “La región en general cuenta con márgenes de maniobra para hacer frente a estos shocks, gracias a niveles relativamente moderados de deuda externa, cuantiosas reservas internacionales, sólidos sistemas bancarios y tipos de cambios flexibles. Sin embargo, los acontecimientos recientes han puesto de manifiesto la fuerte sensibilidad de los diferenciales de deuda soberanos y empresariales a cambios en las condiciones financieras mundiales; debido, en parte, a la creciente presencia de inversionistas extranjeros en los mercados locales”, señaló el FMI en su Actualización de las Perspectivas Regionales.
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Debido a que las condiciones económicas de los países de la región son variadas y tienen un peso disímbolo en el panorama regional, el FMI hace recomendaciones diferenciadas para sortear el amortiguamiento de la desaceleración económica de China y el entorno externo menos favorable.
Para los países con baja inflación y expectativas inflacionarias ancladas, la institución recomienda que la política monetaria sea la primera línea de defensa en caso que se materialicen los riesgos a la baja. En contraparte, la consolidación fiscal sigue siendo en su opinión la herramienta más adecuada para los países con fuertes restricciones de oferta o espacio fiscal limitado; también ayudaría contener el continuo aumento de los déficits en cuenta corriente. “Salvaguardar la estabilidad financiera es una prioridad fundamental en un contexto de condiciones financieras mundiales más restrictivas y mayor volatilidad de los precios de los activos”, sostuvo la institución. El FMI considera que la intervención cambiaria puede ser una herramienta útil para evitar una volatilidad excesiva del tipo de cambio, pero no debería usarse para mantener niveles inconsistentes con los fundamentos económicos ni para reemplazar el ajuste de la política macroeconómica. También aconsejó una supervisión estricta del sector financiero, a fin de salvaguardar la estabilidad interna, especialmente teniendo en cuenta un contexto de rápida expansión crediticia y fuerte emisión de bonos por parte de las empresas con calificación crediticia más baja en los últimos años, impulsados en parte por las entradas de capitales. “Debe prestarse especial atención a limitar las posiciones abiertas netas en moneda extranjera que podrían dar lugar a efectos adversos en los balances en el caso de un shock importante al tipo de cambio”, señaló. Finalmente, la institución recomendó a todos los países continuar con un programa de reformas estructurales destinadas a incrementar la productividad, así como aumentar los empleos y la inversión. |
miércoles, 30 de octubre de 2013
Latinoamérica: entre la espada y la pared
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