jueves, 28 de agosto de 2014

La caficultura de El Salvador se está muriendo

La época de oro del café en El Salvador ha quedado solo como un recuerdo vago en la memoria de los productores. La crisis que enfrenta el sector cafetero salvadoreño es grande y clama por ayuda.   http://goo.gl/0SfF1L

   
 

Por: Clara Villatoro
Corresponsal de Legiscomex.com
Centroamérica
Los años de gloria quedaron atrás. Esos años en los que ni siquiera el conflicto armado detuvo la producción de café. Entre los años 70´s y 80´s El Salvador producía entre cuatro y cinco millones de quintales oro anuales. Una cifra bastante buena para un país con apenas 20,742 kms² de territorio y una guerra civil en pleno apogeo. Pero ahora la realidad dista mucho de esa época dorada, la producción 2013/2014 terminará con 680.000 quintales, según los productores, aunque la estimación de Consejo Salvadoreño del Café (CSC) era de poco más de un millón de quintales. 

“Nuestra caficultura se está muriendo y morirá más rápido si no implementamos medidas de emergencia cuánto antes”, afirmó a Legiscomex.com el director ejecutivo de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores y Exportadores de Café (Abecafe), Marcelino Samayoa.

Abecafe aglomera a casi un 70% de los productores de café y desarrolla sus propios esfuerzos por mantener a flote lo que aún queda del sector cafetero salvadoreño. En sus años de gloria, según Samayoa, las preocupaciones del sector se enfocaban en cómo exportar más y cómo incrementar la calidad. 

“En aquella época teníamos una cuota de exportaciones de dos millones de quintales. Nos inventamos cosas para poder vender lo que producíamos. Llegamos incluso a exportar café a través de Honduras o a semi-tostar el café para que no entrará en el convenio internacional del café que solo hablaba de café verde y tostado. La idea era exportar toda esa producción y salir de los excedentes”, recordó Samayoa con nostalgia.

En esos años, según Abecafe, al menos el 50% de las exportaciones salvadoreñas eran cifras aportadas por el café, lo que convertía al sector en el principal motor laboral del país. Ahora, según el CSC, el café “bajo condiciones normales” (no incluye la realidad de la cosecha 2013/2014) genera 150.000 empleos, en su mayoría en zonas rurales de El Salvador, pero la cifra apenas representa empleos para el 5,5% de la población económicamente activa.
   
 
La roya, el golpe reciente que dejó la producción más baja en 34 años
La crisis del sector cafetero salvadoreño se agravó en la última década. Aunque según Samayoa ha sido una cadena de factores derivados de los constantes cambios que los gobiernos hicieron lo que ha provocado el punto crítico en el que el sector se encuentra en este momento. El director de Abecafe incluye en su lista desde la reforma agraria iniciada a principios de los años 80, la nacionalización de las exportaciones de café, hasta los cambios de instituciones gubernamentales que han administrado el sector con el paso del tiempo. 

Pero, a juicio de Samayoa, el golpe más reciente y grande que dio el tiro de gracia al sector fue un impacto de la naturaleza. La depresión tropical E-12 que pasó por la región centroamericana en octubre del 2011 arrasó con cuanto pudo. Los cafetales no fueron la excepción. La Comisión Económica para Latinoamérica (Cepal) estimó las pérdidas totales de Centroamérica en USD 1.968 millones, de los cuales USD903 millones correspondían a daños en El Salvador.

Para ese año, la producción de café salvadoreño ya había bajado. De acuerdo a las estadísticas del CSC, la cosecha 2010/2011 finalizó con un total de 2,5 millones de quintales oro uva, pero la cosecha 2011/2012 aunque se proyectaba inferior a la anterior dado el ciclo bianual del café, bajó mucho más de lo esperado llegando a producir apenas 1,6 millones de quintales.

“La roya siempre ha estado ahí pero se reproduce y empeora con la humedad, con la cantidad de agua que cayó sabíamos que nos afectaría. Avisamos al gobierno para que apoyara con agroquímicos, sobre todo a la inmensa cantidad de pequeños productores que no podían cubrir ese gasto. Lo que se venía no podía combatirse con recursos orgánicos”, aseguró en entrevista para Legiscomex.com Samayoa. 

El director de Abecafe manifestó que la ayuda tardó 10 meses, cuando a su juicio ya todo estaba fuera de control. “Lo veíamos venir, nuestro parque cafetalero está viejo, y las plantas son como uno, si a un viejo le da catarro se le complica y pasa a ser neumonía”, explicó Samayoa.

Desde la cosecha 2011/2012 no se ha dado ninguna recuperación. La Cosecha 2013/2014 básicamente será la cosecha con producción más baja en los últimos 34 años.

“Es una triste realidad. Lo que deberíamos hacer es unirnos todos los grupos del sector: productores, beneficiadores, cooperativas, tostadores y catadores. Buscar apoyo en el sector financiero y unirnos con el Gobierno para así todos juntos encontrar políticas que nos permitan reactivar la caficultura o si se decide, pues trabajar por sustituir el café por otra cosa, pero hacerlo en equipo”, expresó Samayoa.

Sustituir el producto no es una idea del todo descabellada, de hecho muchos cafetaleros ya están diversificando sus cultivos. Algunos incluso le están apostando al cacao fino de aroma como una alternativa ante la situación. 

De hecho, el presidente de la Asociación de Productores de Cacao de El Salvador (ES Cacao) es un productor de café. “A modo personal puedo decir que como cafetalero he visto en el cacao un futuro interesante y por eso junto a otro grupo de cafetaleros hemos hecho los esfuerzos necesarios los últimos cinco años por reactivar el cultivo del cacao en El Salvador”, aseguró a Legiscomex.com el presidente de ES Cacao, Rafael Trigueros Hetch en abril de este año.

Los precios internacionales del cacao y las posibles ganancias seducen a los productores. Por años han visto en el café sus negocios pero ahora solo ven un futuro incierto.
   
 
La propuesta de los productores
El director de Abecafe resume la propuesta de su institución en la unificación de todos los grupos involucrados en el cultivo del café. Samayoa insiste en el diseño de una política cafetera que básicamente reactive al sector.

La gremial propone 4 ejes a trabajar: La seguridad jurídica para los productores, la investigación tecnológica, la facilitación de créditos y la unificación de los sectores a través de una colaboración institucional con reglas claras en una ley.

Una queja de Samayoa es que en las últimas décadas los gobiernos han cambiado la institución gubernamental destinada a apoyar el sector cafetero. El sector ha tenido altas y bajas con esas instituciones. En la década de los 80 todavía existía el Instituto Nacional del Café (Incafe) y el Instituto Salvadoreño para Investigaciones del Café (Isic). Pero luego se creó un programa para la privatización de estos, surgió entonces Procafe que se dedicaría a la investigación y el Consejo Salvadoreño del Café (CSC) destinado a ser el ente rector de la caficultura en El Salvador que pese a ser una institución estatal contaría con la participación del sector privado.

Las opiniones de los productores respecto a estos organismos son variadas. Samayoa a título personal cuestiona mucho el trabajo realizado por el CSC. Pero se esté a favor o en contra de la labor desarrollada, hay una realidad que no puede negarse. El CSC no ha tenido director ejecutivo en dos años y eso ha preocupado a los productores.

De ahí, que Abecafe alegue un replanteamiento de la política cafetera y mencione como medida urgente la unión de los sectores. “El gobierno tiene que despojarse del tinte político para avanzar aquí. Mientras estemos juzgando a los empresarios estaremos mal. Tenemos que unirnos todos. Lo sabemos pero nadie se atreve a hacer más”, reconoció Samayoa.

Para enfrentar el problema de la roya, Abecafe propone la renovación al menos parcial del parque cafetalero, pero esto requiere inversiones que por ahora están lejos de hacerse. La necesidad del sector cafetero salvadoreño es urgente y pide ayuda a gritos. Por ahora, las diferentes gremiales trabajan al menos en la búsqueda de variedades resistentes a la roya que si bien no producirán café del más fino al menos podrían garantizar granos de calidad comercial que generarían más producción y divisas de lo que actualmente se tiene. En el 2013, las exportaciones de café sumaron solo USD103,9 millones y este año hasta mayo las exportaciones ya habían bajado casi un 60% en relación al año anterior.

Pese al panorama, Samayoa confirmó: “Quiero ser optimista”. Sin embargo, es claro que las necesidades son muchas y el trabajo será arduo. De lograrse la unificación de los sectores, las mejoras podrán verse a largo plazo.

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