lunes, 27 de enero de 2014

Estalla nueva querella comercial de EE UU contra China

La administración Obama escaló una querella comercial contra China en el seno de la Organización Mundial de Comercio, OMC, la primera de su tipo por acusaciones de incumplimiento del coloso asiático con un fallo del organismo rector de comercio que la obligaba a eliminar derechos compensatorios contra las exportaciones de láminas de acero de alta tecnología, GOES, de dos empresas estadounidenses. http://bit.ly/1gjnGug





Por: Alfredo Sotomayor
Corresponsal de Legiscomex.com
Washington 
 
“La OMC encontró que las penalidades de China son inconsistentes con las reglas (del organismo). Nosotros teníamos razón y China está equivocada. Desafortunadamente, parece que China no ha corregido estas inconsistencias. Esta estación muestra que cuando EE UU se comprometen a hacer cumplir los fallos comerciales, lo llevaremos a sus últimas instancias”, señaló el representante comercial de la casa blanca Michael Froman.

La nueva batalla surge en momentos de creciente frustración en EE UU por las actividades de comercio desleal de China, que ha sido acusada por el país norteamericano en temas como la protección a la propiedad intelectual, los servicios financieros y por sus presuntas acciones como el espionaje con fines industriales.

Miembro de la OMC desde el 2001, China sigue consolidado como el segundo socio comercial de EE UU –desde que desplazó a México a un tercer sitio en el 2006—gracias a aumentos significativos en sus exportaciones de alimentos, medicinas y un amplio abanico de bienes de consumidor.

Pero al mismo tiempo China es el principal emisor de los gases que producen el efecto de invernadero, al tiempo que ha crecido la preocupación en EE UU por el hecho de que algunos de sus productos agropecuarios son cultivados en tierras contaminadas por la polución. La administración Obama creó una unidad del gobierno federal dedicada a monitorear que China y otros países acaten las reglas del comercio global.

La Comisión Legislativo-Ejecutiva sobre China (CECC, por su sigla en inglés) consideró crucial la conexión entre las reglas comerciales internas de China y los derechos humanos, con la salud y la prosperidad en EE UU, toda vez que sin una prensa libre y una sociedad civil activa es difícil detectar amenazas a la seguridad sanitaria, al medio ambiente o brotes infecciones que pueden ser exportados al exterior.

“Las prácticas comerciales injustas (de China) tales como la política de protección industrial, la manipulación del sistema de intercambio de divisas, las cuotas y subsidios, la transferencia forzadas de tecnología y el robo de propiedad intelectual. Muchas de los cuales contravienen las obligaciones de la OMC perjudican a los negocios y los trabajadores estadounidenses”, señaló la CECC en su más reciente evaluación de las relaciones comerciales con China.

La Comisión recomendó por ello tanto a la administración Obama como al Congreso que se incluyan los derechos humanos y el estado de derecho como parte integral de sus discusiones sobre asuntos comerciales, en particular en el marco del Diálogo Económico Estratégico Estados Unidos-China, las negociaciones del tratado bilateral de inversiones. “La administración Obama debe continuar asegurándose que China se adhiera a sus obligaciones bajo la OMC, incluyendo el ejercicios de los derechos de EE UU bajo el mecanismo de resolución de disputas cuando sea necesario”, concluyó.
Conflicto
La primera salva del conflicto fue disparada por China cuando impuso derechos compensatorios a dos empresas de EE UU que producen las láminas de acero de alta tecnología conocidas como GOES, un producto altamente especializado que se utiliza primordialmente por la industria de generación de electricidad en transformadores, rectificadores, reactores y maquinaria eléctrica.

El 10 de abril del 2010, China impuso las sanciones a las empresas AK Steel Corporation, del estado de Ohio y a Allegheny Ludlum, de Pensilvania. Después, la administración Obama puso en marcha el procedimiento de hacer resolución de disputas desafiando la decisión china de imponer las penalidades a ambas empresas.

Dos años después, en junio del 2012 un panel arbitral de la OMC falló a favor de EE UU al documentar que China había quebrantado varios procedimientos y obligaciones del proceso debido en la conducción de sus investigaciones para la aplicación de derechos compensatorios. 

Adicionalmente, el panel de la OMC encontró defectos en la determinación de China que causó adversos efectos en el precio a las exportaciones estadounidenses en el mercado chino y que el gobierno asiático había llegado a conclusiones sin fundamento en el sentido de que las exportaciones EE UU habían causado perjuicio económico a la industria doméstica china.

En octubre del 2012, el órgano de apelaciones de la OMC confirmó las resoluciones del panel, particularmente aquellos relacionados con los errores en la determinación china de que había habido un afecto de adverso a la industria doméstica asiática. Así mismo, encontró que el gobierno chino evitó revelar datos esenciales para fundamentar su decisión. El panel encontró que China actuó de manera inconsistente con las reglas de la OMC con su investigación sobre sus supuestos daños de las exportaciones estadounidenses en el mercado chino.

Se recomendó que China ajustara sus medidas de conformidad con las reglas de la OMC y se le impuso un plazo que venció el 31 de julio del 2013, en lugar de acatar el fallo de la OMC, China emitió en julio del año pasado una nueva determinación que renovó la imposición de los derechos compensatorios bajo las comento de que las exportaciones estadounidenses afectaban a la industria doméstica.

Por ello la administración Obama puso en marcha un proceso de consultas con China como un primer paso para disputar el incumplimiento del gobierno chino en la disputa sobre el comercio del acero de alta tecnología y sostuvo que las acciones del gobierno asiático no cumplen con las reglas y las recomendaciones de la OMC, en relación con los efectos adversos del precio de las exportaciones estadounidenses del mercado chino y la supuesta existencia de daño doméstico.
Querellas
En julio pasado EE UU y China colocaron por primera vez la delicada asignatura del espionaje industrial en la mesa de su dialogó bilateral anual en Washington, a raíz de la preocupación estadounidense de que se ha convertido en un modelo de comportamiento desleal que coloca las empresas de China y de otros países delincuentes en una posición ventajosa en la escena de los negocios y el comercio internacional.

La génesis del espionaje industrial chino fue colocada por el investigador de la conservadora Fundación Heritage Derek Scissors en la década pasada y ha pasado de actos aislados de ataques tecnológicos para sacar provecho de algún descubrimiento empresarial, a ataques generalizados que buscan desarrollar empresas chinas a partir de propiedad intelectual robada

Entre las empresas chinas involucradas en acusaciones de robo de propiedad intelectual, de acuerdo con el investigador de la conservadora Fundación Heritage Derek Scissors, figuran algunas con propiedad o conexiones con el gobierno chino como Beijing Auto, Sinovel, Datang Telecom y Pangang,

Aun cuando algunos de los más notables incidentes de espionaje industrial han terminado en los tribunales, expertos coinciden que las empresas foráneas víctimas de espionaje enfrentan la complicación adicional de la escasa confiabilidad del proceso judicial chino y la eventualidad de que cualquier demanda podría consumir recursos económicos y legales sin conducir a una resolución satisfactoria.

En el caso de la nueva disputa por el comercio de las láminas de acero, el gobierno chino notificó a la OMC en noviembre del 2012 que planeaba implementar las recomendaciones del panel del organismo en una manera que será consistente con sus obligaciones dentro del sistema internacional de comercio. Pero al mismo tiempo solicitó que se le diera “un periodo razonable de tiempo” para cumplir con el dictamen.

El 8 de febrero pasado la administración Obama pidió que el nuevo plazo fuera determinado a través de un proceso de arbitraje, el cual ofreció un espacio de 8 meses y 15 días a partir de la resolución del panel, mismo que se cumplió en octubre pasado.

Bajo el mecanismo de resolución de disputas, EE UU pidió que el proceso de consultas inicie de inmediato, en un lapso de dos semanas, o de lo contrario presentará una nueva moción ante la OMC. 

El costo para las empresas estadounidenses fue estimado en alrededor de USD250 millones anuales, un monto que palidece en comparación con otra queja presentada por EE UU contra China en septiembre, en relación con el comercio de autopartes, valuado en más de USD12.000 millones anuales.

En caso que la administración Obama obtenga una nueva victoria en el caso del acero, se sumará a una cadena de triunfos en litigios contra China llevados ante la OMC, incluido uno sobre servicios financieros y otro sobre protección a la propiedad intelectual.

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