lunes, 26 de agosto de 2013

No hay bases para estabilizar comercio entre Venezuela y Colombia: Fedecámaras

El presidente del principal organismo empresarial venezolano, Jorge Roig, afirma en entrevista con Legiscomex.com que los altibajos en las relaciones diplomáticas entre su país y Colombia han acabado por condicionar la relación comercial, lo que difícilmente puede variar en el corto plazo. http://bit.ly/15bW9pq





Por: Emiliano Corona
Especial para Legiscomex.com
Caracas 
 
El presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción (Fedecámaras) de Venezuela, Jorge Roig, está convencido de que las relaciones económicas y comerciales entre su país y Colombia están atrapadas en el vaivén de las vicisitudes políticas y cree que esta situación persistirá por largo tiempo.

”Esto ha creado, evidentemente, una falta de planificación y de buena coordinación para establecer un comercio estable y sano entre Colombia y Venezuela. Estamos atrapados en las circunstancias políticas”, afirma en entrevista con Legiscomex.com el líder del principal organismo empresarial venezolano.

De acuerdo con Roig, quien asumió hace dos meses la presidencia de Fedecámaras, los lazos que unen a Colombia y Venezuela son muy fuertes, por la vecindad, la problemática común en la frontera y “los vínculos culturales, sociales, comerciales y de hermandad en múltiples aspectos”.

“Pero en los últimos años nos hemos acostumbrado a que, de repente, por circunstancias políticas que no tendrían por qué tener efectos económicos tan graves, las relaciones comerciales quedan completamente al garete después de haber hecho muchísimos esfuerzos en construirlas y reconstruirlas. Hemos llegado a tener un intercambio de USD6.000 millones y hemos visto cómo, de la noche a la mañana, se derrumba esto”, asegura. 

En el 2008, el intercambio comercial entre Colombia y Venezuela llegó a USD6.092 millones, una cifra que desde entonces no ha podido ser superada debido a los desencuentros políticos entre ambos gobiernos. En el 2009, el entonces presidente venezolano Hugo Chávez ordenó la ruptura del comercio con Colombia en represalia por un acuerdo entre el gobernante colombiano de la época, Álvaro Uribe Vélez, y EE UU, para la utilización de bases militares en Colombia.

En el 2009, el comercio bilateral cayó a USD4.050 millones, lo que significó una caída del 33,5% con respecto al año previo. En julio del 2010, Colombia y Venezuela rompieron relaciones diplomáticas luego de que Uribe Vélez denunciara la presencia de campamentos de la guerrilla colombiana en el vecino país. Ese año, el intercambio se desplomó a USD1.423 millones, equivalentes a menos de la cuarta parte de la cifra alcanzada en el 2008.
Altibajos
Con el fin del gobierno de Uribe Vélez, en agosto del 2010, y la llegada de Juan Manuel Santos a la Presidencia de Colombia, ambos países reestablecieron sus relaciones diplomáticas y comenzó una nueva época de entendimiento que tuvo como eje central la reactivación del comercio, que comenzó a crecer de nueva cuenta pero sin alcanzar hasta la fecha los niveles previos a los desencuentros políticos. 

De acuerdo con Roig, “lamentablemente las relaciones entre Venezuela y Colombia dependen muchísimo de las relaciones políticas entre ambos gobiernos, y esto no debiera ser así porque se entorpece procesos de entendimiento que se construyen durante mucho tiempo. Hemos tenido en ocasiones una diplomacia de micrófono, de acusaciones mutuas que son ajenas a la relación económica de nuestros países pero que, por desgracia, acaban por afectarla de manera muy importante”.

Bajo el gobierno de Santos, el comercio bilateral se reactivó. En el 2011, llegó a USD2.286 millones, un 62,3% por arriba del año previo, mientras que en el 2012 avanzó otro 35,1% y se ubicó en USD3.089 millones, un monto que equivale a la mitad del alcanzado en el 2008. Las perspectivas para este año de que se produzca una nueva caída de entre el 5% y el 10% por el estancamiento económico en Venezuela y un nuevo impase diplomático bilateral: el 29 de mayo anterior, Santos recibió en Bogotá al líder opositor venezolano Henrique Capriles, quien considera que el mandatario venezolano Nicolás Maduro llegó al poder mediante un fraude cometido en los comicios de abril pasado.

El presidente de Fedecámaras considera “muy lamentable que cuando parecía que íbamos en un camino de estabilidad en las relaciones, viene este nuevo desencuentro que pone trabas al comercio y echa por tierra mucho del camino andado”.

Roig explica que en el estancamiento del comercio bilateral que se espera para este año influye también, de manera muy importante, la crisis económica en Venezuela. “Tenemos una economía muy debilitada –dice--, con una inflación fuera de control (29% en los primeros siete meses del año), una tasa de cambio oficial (de 6,30 bolívares por dólar) que es insostenible en comparación con la tasa del mercado paralelo (unos 30 bolívares) y esto propicia el contrabando y distorsiona el comercio entre los dos países, y esta situación, junto con los ruidos políticos, nos lleva a una situación de mayor inestabilidad”.
Incertidumbre
   
 
Colombia y Venezuela anunciaron este mes un nuevo relanzamiento de las relaciones tras el impase producido tras la visita de Capriles a Bogotá, pero Roig, un ingeniero industrial por la Universidad Andrés Bello y ex diputado en el desaparecido Congreso bicameral, es cauteloso:

“Siento que ahora –plantea- no están dadas las bases para que Venezuela y Colombia establezcan relaciones comerciales estables y sanas. Venezuela tiene una crisis económica, no hay una política comercial clara y nuestros exportadores no están en condiciones de hacer muchos negocios con Colombia. A esto se suman los vaivenes políticos”.

-¿Y usted cree que podrían abrirse espacios institucionales para que la relación económica bilateral pueda trascender las coyunturas políticas, los periódicos desencuentros, y desarrollarse en un marco de mayor estabilidad? –preguntamos al presidente de Fedecámaras. 

-Pareciera ser a corto plazo –asegura el líder empresarial- va a ser imposible mantener la relación económica al margen los vaivenes políticos, debido al carácter quizá un poco apasionado de la relaciones de ambos países. Y aquí Venezuela tiene más responsabilidad por lo indescifrable de nuestra política comercial. Colombia tiene reglas claras del juego, pero aquí en Venezuela las reglas no son claras ni para los que aquí vivimos; mucho menos para los que intentan hacer comercio exterior.

“Además –agrega- tenemos un Gobierno que no ha sido precisamente amigo de la empresa privada ni del comercio internacional, a menos que se trate de países cercanos que selecciona discrecionalmente. Por todo esto, siento que, lamentablemente, las circunstancias de las relaciones Colombia-Venezuela no van a cambiar en el corto plazo”.
Buenos propósitos
El pasado 6 de agosto, los ministros de Hacienda de Colombia, Mauricio Cárdenas, y de Finanzas de Venezuela, Nelson Merentes, se reunieron en Caracas para establecer mecanismos de fomento al comercio bilateral y estudiar medios alternativos de pago, entre ellos que los importadores venezolanos puedan liquidar productos procedentes de Colombia en bolívares venezolanos o pesos colombianos y no exclusivamente en dólares.

De acuerdo con Roig, “por ahora Colombia tiene mucho más posibilidades de hacer negocios en Venezuela que nosotros en Colombia, por lo debilitado que está nuestro sector exportador y por el alto precio del dólar. Pudiera venir un periodo de luna de miel para Colombia, pero los intercambios comerciales sanos son los que se basan en la reciprocidad y los que se sustentan en el tiempo, y esto es que lo que tenemos que buscar”.

El presidente de Fedecámaras señala que el sector empresarial venezolano observa con buenos ojos todos los esfuerzos que hagan las autoridades de los países para fomentar el comercio y establecer marcos regulatorios que sustenten el intercambio de mercancías en el largo plazo.

“Hay medidas concretas que se están analizando que nos parecen muy buenas –explica el dirigente y empresario del sector metalmecánico—, y una de ellas son los medios de pagos alternativos, con monedas locales. Sería una excelente solución que Colombia y Venezuela llegaran a conformar mecanismos de compensación monetaria, a través de los bancos centrales de nuestros países o de casas de bolsa, en una suerte de convenios como el que tenemos en estos momentos con el Sucre (una unidad de valor utilizada como medio de pago en el comercio entre los países de la Alianza Bolivariana para las Américas, ALBA)”.

Roig considera que los medios de pago alternativo, cuyo estudio está a cargo de una mesa de trabajo binacional, “podría fomentar muchísimo el comercio, sobre todo ahora que Venezuela necesita muchos productos de primera necesidad y que puede ser compensada por un socio que tenemos cerca, como Colombia”.

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