miércoles, 8 de mayo de 2013

Crisis venezolana golpea comercio con Colombia

La volátil situación económica y política por la que atraviesa Venezuela ha terminado por impactar el comercio con Colombia, que se desaceleró en el primer cuatrimestre del año e intenta recuperar el dinamismo con la liberación de divisas que comenzará a aplicar este mes el gobierno de Nicolás Maduro. http://bit.ly/11SG69k

El comercio entre Colombia y Venezuela, que había experimentado una fuerte recuperación el año anterior, acusa en el 2013 los efectos de tres meses de turbulencias que han estado marcados por la devaluación del bolívar (febrero), la muerte del presidente Hugo Chávez (marzo) y las cuestionadas elecciones presidenciales en las cuales resultó electo Nicolás Maduro (abril).

En ese entorno de dificultades nacionales y de escasez de divisas, las compras de Venezuela a Colombia cayeron un 6,95% entre marzo y abril pasados con relación al mismo bimestre del 2012, mientras que el comercio bilateral disminuyó un 12,9%, según cifras oficiales preliminares.

“Hay una afectación al comercio y al clima binacional de negocios, pero confiamos en una recuperación que dependerá mucho de las medidas económicas que tome el Gobierno venezolano”, dijo aLegiscomex.com el abogado y presidente del Foro de Integración y Comercio Internacional, de Venezuela, Gonzalo Capriles.

De acuerdo con el consultor empresarial y especialista en Derecho de la Integración porla Universidad Central de Venezuela, existe “un mejor entorno político con Colombia por la buena relación entre los presidentes Maduro y (el colombiano Juan Manuel) Santos, pero a nivel interno persiste el escepticismo y un clima de negocios muy complicado”.

“Lo que más ha dificultado el comercio con Colombia es la escasez de divisas. Los mecanismos formales para comprar las divisas que necesitan las empresas para sus importaciones han tenido muchas restricciones este año por la situación política y los problemas económicos estructurales como el déficit fiscal”, añadió el abogado y consultor externo del Sistema Económico Latinoamericano (SELA) y de la Unidad de Comercio de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Para Capriles, dentro de las adversidades hay señales de que las relaciones económicas bilaterales pueden mejorar en los próximos meses en el marco de la política de diálogo con los empresarios y de flexibilización de las restricciones cambiarias que ha ofrecido el gobierno de Maduro.
Divisas
En abril pasado, tras su cuestionado triunfo electoral, Maduro dio señales de apertura con el sector privado al nombrar como ministro de Finanzas a Nelson Merentes, un moderado respecto a su antecesor, Jorge Giordani, quien quedó como ministro de Planificación.

El nuevo timonel del gabinete económico ha comenzado a reunirse con líderes empresariales y en esos encuentros ha quedado claro que la mayor coincidencia entre el Gobierno y los inversionistas es que el problema económico más urgente que debe atenderse es el de la escasez de divisas. Sin dólares para realizar las importaciones, el mercado sufre desabasto –uno de cada cinco productos que buscan los consumidores no se encuentra- y las industrias bajan su producción por falta de insumos y materias primas.

"Vamos a estabilizar y fortalecer el sistema cambiario como eje de recuperación de la economía", aseguró Maduro en su cuenta de Twitter.

Merentes, por su parte, prometió a los empresarios que se reducirán los tiempos de entrega de las divisas que requieren sus compañías para operar y realizar importacionesy dijo que, en principio, se pondrán a disposición del sector privado USD2.600 millones, a través de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi).“Nuestro objetivo es que haya producción al igual que consumo”, indicó el ministro de Finanzas.

El presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), Jorge Botti, celebró la disposición oficial para reunirse con los empresarios y escuchar sus inquietudes y propuestas, algo que no ocurría desde hace varios años, pero hizo hincapié en la necesidad de instituir un “diálogo político sincero (porque) de lo contrario no habrá un giro en el timón de la economía del país”.

Según el dirigente del organismo cúpula del empresariado venezolano, “el país está en la antesala de una situación muy apremiante en materia económica, si no se toman las acciones que se requieren”, y entre ellas mencionó la liberación de divisas, que está sujeta al control oficial desde el 2003, cuando se instauró un control de cambios.

“No se entiende cómo Venezuela está pasando por una escasez de divisas cuando recibe por el orden de USD90.000 y USD100.000l millones al año en recursos provenientes de la venta del petróleo”, sostuvo Botti, quien consideró insuficientes los USD2.600 millones que liberará vía Cadivi, pues las necesidades de las empresas son del orden de USD9.000 millones. Esto es lo que el Gobierno “debe poner sobre la mesa”.
Colombia
Para Capriles, quien en los noventa participó en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio del Grupo de los Tres (Colombia, México y Venezuela, aunque este último país renunció al acuerdo en el 2006), “a pesar de las dificultades y trabas, la perspectiva es que el comercio entre Colombia y Venezuela siga creciendo”.

“Esto –explicó— va a depender mucho de las medidas que tome el Gobierno venezolano en disposición de divisas que permitan hacer las importaciones y pagar la deuda que muchas empresas venezolanas tienen con sus contrapartes en Colombia. Entre el empresariado colombiano aún subsiste el escepticismo de las posibilidades reales de pago que tenga el empresariado venezolano porque dependen de la decisión discrecional de Cadivi”.

Según estimaciones de organismos privados, la deuda de Venezuela con empresas colombianas se ubica entre USD120 millones y US$ 200 millones, luego de que hace tres años llegó a superar los US$ 800 millones.

Capriles, quien ha sido consultor jurídico del Instituto de Comercio Exterior, consideró que los empresarios de los dos países “pueden comenzar a ver de manera más positiva la relación económica y comercial entre Venezuela y Colombia, mientras se aumenta la disponibilidad de divisas para realizar los pagos pendientes y reactivar las líneas de crédito que han quedado congeladas por los adeudos”.

De acuerdo con el abogado, “esta situación es lo que más está pesando en el freno que se ha visto este año a la expansión del comercio bilateral”.

Según cifras de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) de Colombia citadas por Capriles, entre enero y abril pasados el comercio entre los dos países registró una contracción del 2,9% con relación al mismo periodo del 2012 al pasar de USD859millones a USD834 millones.

Las exportaciones de Colombia a Venezuela pasaron de USD684 millones a USD702 millones, entre el primer cuatrimestre de 2012 y el mismo periodo de 2013, para un aumento marginal del 2,64%, pero si toman en cuenta solo los dos últimos meses (marzo y abril), se ha registrado una caída del 6,95% entre un año y otro, lo que de acuerdo con Capriles, revela “el efecto negativo que ha tenido en el comercio bilateral la falta de divisas y la incertidumbre política en Venezuela”.

Las estadísticas de la DIAN indicaron que las exportaciones de Venezuela a Colombia cayeron un 24,6% entre enero y abril pasado y el mismo periodo de 2012, al retroceder de USD174 millones a USD131 millones en el lapso analizado, lo que está relacionado con la incapacidad de la planta productiva venezolana para operar a toda su capacidad.
Mejor entorno
Para la ex presidenta de la Cámarade Integración económica Venezolano-Colombiana, Yajaira Barreto, el acceso a mayores montos de divisas permitirá reactivar el comercio pero, además, los empresarios de los dos países tienen la posibilidad de construir relaciones más profundas en el marco del nuevo Acuerdo de Alcance Parcial (AAP) que entró en vigor en octubre pasado y que establece una normativa para el intercambio bilateral.

Barreto sostuvo que aunque el AAP es más limitado que el acuerdo comercial de la Comunidad Andina (CAN), a la cual Venezuela renunció en el 2006, es un instrumento mejor que el que se tenía antes.

“Este nuevo marco jurídico abre las puertas para que los productos de los dos países crucen las fronteras con preferencias arancelarias, pero para potenciar esto necesitamos mayor solidez normativa, incluir temas que no están debidamente cubiertos, como algunos servicios, transporte terrestre, infraestructura, y ahí tenemos mucho que trabajar a nivel de empresarios con las autoridades venezolanas”, señaló.

Los empresarios de los dos países también están a la espera del proceso de sustitución del marco jurídico de comercio exterior venezolano, que todavía está atado a la normativa de la CAN, y que es fundamental para tener certeza de la política comercial que adoptará Venezuela tras su incorporación al Mercado Común del Sur (Mercosur) el año anterior.

Para Capriles, a pesar de la incertidumbre política y económica en Venezuela, la naturaleza de los estrechos vínculos con Colombia siempre abre nuevas oportunidades para hacer negocios entre los dos países, pues se trata de economías vecinas y complementarias.

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